Revista Opinión
MARCHANDO PERO CON EL MAZO DANDO….
El pasado lunes 23 de enero el Gobernador del Estado Miranda Henrique Capriles Radonski convocó a una marcha con el fin de exigir elecciones en el país, “Elecciones Ya”, no se pero me suena conocida la frase, bueno, de esta manera se buscaba de algún modo apoyar las acciones para que Nicolás salga democráticamente de sus funciones presidenciales, luego que la Asamblea Nacional declarara el abandono del cargo.
La verdad que lo importante a recordar es lo significativo de la fecha para quienes amamos la democracia, el 23 de Enero, los venezolanos conmemoramos el aniversario del derrocamiento de la penúltima dictadura que sufrió nuestro país, cuando cincuenta y nueve años atrás, el pueblo venezolano salió a las calles, eufórico, triunfante, celebrando la caída de la dictadura. La acción fue una combinación de los movimientos llevados adelante por partidos políticos, instituciones académicas, organizaciones empresariales, sindicales, gremios y también, por supuesto, la presencia militar. Así fue como en la famosa Vaca Sagrada, el avión presidencial, en plena madrugada y con gruesas pacas de los dólares que había robado, el dictador huyó del país.
De esta gesta histórica salimos bien parados sin duda y pensamos ingenuamente que era la última dictadura que padecía Venezuela, de modo que partir de entonces solo viviríamos en democracia, así comenzó una nueva era democrática, la cual finaliza en 1999, cuando Hugo Chávez gana la Presidencia.
Y que nos paso si la democracia es el mejor sistema de gobierno y en consecuencia trajo progreso al país, en todas las áreas, educativa, en materia de salud pública y el impulso al aparato productivo nacional bajo la política de sustitución de importaciones le brindaron a Venezuela un perfil de país moderno y progresista que se transformó en imán para ciudadanos de todo el mundo, todo lo cual se tradujo en un sentimiento de confianza para la inversión extranjera.
Paso pues que, la bonanza de los precios petroleros, los petrodólares, intoxicaron al Estado y a la gente, con la falsa expectativa y convicción de pretender vivir “in eternum” de la renta petrolera, “ta barato dame dos”! Recuerdan los venezolanos en Miami? la verdad pienso que la abundancia nos perjudicó en grado sumo, acostumbrados a vivir de este modo, el llamado correcto era a recortar, disciplinar el gasto, a reducir el proteccionismo y a promover la competitividad, sin embargo, tercos como somos, nos resistimos al cambio por lo que así fuimos poco a poco naufragando, primero el Caracazo, después el golpe, y a partir de ahí se despertaron viejos rencores y se impulsó la inestabilidad, de esta manera la democracia comenzó a morir poco a poco y se apodero del país el caos, el deterioro, la indolencia, y en este estado de cosas, en esta situación, llegó Chávez al gobierno, convirtiéndose en una suerte de Mesías, prometiendo que no iba a repetir los errores de gobiernos anteriores, con un discurso de igualdad, no discriminación y repartición equitativa de la riqueza se disponía a traer bienestar a todos los venezolanos por igual y a rescatar las instituciones del desfalco a la que presuntamente estaban sometidas en la cuarta Republica, pero trasmitió su mensaje a través de un discurso plagado de rencor, sembrando enfrentamiento entre clases y sentimientos que resultaban ajenos a los venezolanos, así el odio, las envidias y diferencias se apoderaron de todos.
Y fue entonces como comenzamos a vivir en dictadura, pero no en una dictadura convencional, ortodoxa, donde un militar, rodeado de su camarilla, impone su voluntad, se trata de una dictadura moderna, disfrazada de democracia, escondidos bajo el manto del socialismo del siglo XXI, pero dictadura al fin. Y la verdad hemos sido tolerantes y si se quiere les hemos hecho el juego, porque elecciones hay siempre por lo que de esta manera encuentran justificación a los desmanes y a la opresión que vive el pueblo venezolano.
En este orden de ideas, llegamos donde estamos: 2017, la gente obedeciendo al llamado de Capriles y la MUD sale de nuevo a la calle, la marcha no fue un fracaso, pero no se mostró el poder de movilización de otrora, la gente no salió esperanzada, salieron porque no hay de otra, porque no hay opciones, no hay planteamientos novedosos para salir de la crisis, una estrategia nueva que nos permita exigir de manera contundente lo más elemental de una democracia: elecciones, pero elecciones libres y limpias lejos de un CNE genuflexo ante el Ejecutivo. La gente desilusionada, desencantada, cansada y con temor a las represalias que puede causar la protesta, salió a la calle y la tomó una vez más, clamando ayuda al cielo, desesperados ya ante tanta inacción de unos y otros y la situación de crisis que atraviesa el país.
La política diseñada por la Mesa de la Unidad Democrática es una acumulación de fuerzas, para ir ganando espacios, por la vía electoral, hasta lograr alcanzar el poder para producir el cambio que requiere una Venezuela, eso entendemos que es así e igualmente entendemos que la MUD no puede plantearse ningún atajo, diferente al electoral, porque se trata un conglomerado plural y pacífico y en ese camino pretendió ingenuamente dialogar con el adversario sin tomar en cuenta que el adversario utilizó el dialogo como excusa para diferir la crisis definitiva y la salida del régimen, pero la realidad es que no existe buena fe en un gobierno como este, porque estamos frente a una dictadura y con dictadores no se negocia, ni se dialoga.
La MUD pagó un altísimo costo político al aceptar sentarse en la mesa de diálogo, pero ya demostrada la conducta irregular del régimen han actuado con sensatez, considerado "cerrado" el experimento del diálogo político con el Gobierno Nacional, dialogo no se volverá a abrir dado el incumplimiento de los acuerdos por parte del oficialismo, la MUD finalmente entendió que no hay cabida para otra ronda de diálogo, porque el régimen tiene en su poder las propuestas formuladas por la oposición, de modo que si tiene alguna intención de dialogar, solo tienen que comenzar por dar cumplimiento a lo ya planteado, comenzando con el cronograma electoral, el respeto a la Asamblea Nacional, la liberación de políticos presos y la atención a la crisis por escasez de alimentos y medicinas.
Sin duda, el reto de la oposición ahora es motivar de nuevo a la población, motivarla a la lucha con una oferta de cambio distinta y generar esperanzas, pero más allá de ello, debe darse a la tarea de recuperar la confianza en el pueblo, cosa que a todas luces es un duro proceso, bien cuesta arriba, que requerirá mucho trabajo, a través no solo de un mensaje de unidad sino de acciones de humildad, reconocer los errores y avanzar accionando decididos hacia la recuperación de nuestras instituciones en particular y en general del sistema democrático en el país.
MARIA AUXILIADORA DUBUC.- @mauxi1
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