Revista Sociedad

Marchando una "relaxing cup" de café con leche

Publicado el 10 septiembre 2013 por Jordi Martinez Aznar
Reconozco que no he podido ver el discurso de Ana Botella ante el Comité Olímpico Internacional del pasado sábado hasta ayer por la noche. A lo largo de estos dos días he podido leer infinidad de artículos en el que hablan del ridículo monumental de la alcaldesa de Madrid, la cual, al igual que le pasara a Gerald Ford en 1974, ha llegado a su cargo sin ser votado. En el caso del político norteamericano, llegó a la Casa Blanca tras la dimisión, primero del vicepresidente y después del presidente de turno, Richard Nixon, por las razones que todos conocemos. Asimismo, tengo también que reconocer que me ha costado escucharlo entero, ya que me ha provocado cierta dosis de vergüenza ajena. A estas alturas he pasado de escuchar al presidente del Comité Olímpico Español, del cual leo que parecía haber estudiado el idioma de Shakespeare al lado de Chiquito de la Calzada, y a Mariano Rajoy, el cual ni se molestó en intentar hablar en este idioma, leyendo su discurso directamente en español.
Pese a todo, y para seguir con la tradición española, a todo el mundo le ha faltado tiempo para hablar de las corruptelas de los miembros del COI y buscar culpables por doquier. Hay incluso que no ha dudado a la hora de meter al delantero del Barcelona Messi por el tema de hacienda, queriendo intentar convencer a todo el mundo que se ha perdido por culpa del lío que tuvo el argentino con Hacienda y no tuvieron nada que ver cosas como la Operación Puerto o el Caso Noos, en el cual se ha visto involucrado el yerno del rey. Imagino que, según su versión, tampoco habrá tenido que ver el Caso Bárcenas, el cual podría ser el peor caso de x en décadas, según buena parte de los indicios, y que además implica al partido actualmente en el gobierno.
Pero bueno, qué podemos esperar de los dirigentes y demás ciudadanos de un país de pandereta, en el cual nadie tiene la culpa de nada. Qué mejor ejemplo que el citado Caso Bárcenas. El tesorero haciendo una contabilidad B durante dos décadas, varios miembros del partido, en el que se incluiría el que acabaría siendo presidente del gobierno, presuntamente recibiendo sobresueldos,... y aquí nadie dimite ni sale a dar la cara salvo para decir que todo es mentira. Claro, qué van a decir. El último ejemplo podemos verlo en el discurso de Ana Botella. Como ya he dicho al principio, no pude ver la presentación española en directo, principalmente por tres razones:
  1. Porque estas cosas tan largas me aburren. 
  2. Porque dudaba muchísimo que dijesen algo nuevo o diferente a lo que ya hubiesen dicho anteriormente.
  3. Aquí lo que interesaba era saber quién era la sede, no lo que pudiesen decir o hacer.

También podríamos poner una cuarta razón, y sería que, probablemente, los votos ya estarían bastante claros pese a los discursos. Por otro lado, y visto lo visto, está bastante claro que me ahorré el bochorno de ver en directo cómo la alcaldísima destrozaba otro idioma. Solo espero que, si se vuelven a presentar, se envíen a personas más y mejor preparadas.


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