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Marchena, el hombre de los esguinces cerebrales

Publicado el 03 marzo 2010 por Nandreu
Rajar de Carlos Marchena después de su chiquillada del domingo puede resultarle ventajista a más de uno. Sin embargo, pese a que me he resistido, no voy a dejar de decir que el sevillano se empeña en demostrar, día tras día, sus serios problemas de desconcentración que me han llevado a nombrar este artículo como “esguinces cerebrales”.
El domingo pasado asistimos a un suceso más de su larga trayectoria de desmanes. Unas inocentes manos dentro del área que provocaron su expulsión, un penalti y la vergüenza posterior de los aficionados valencianistas que vieron claramente como el capitán de su equipo protestaba, fuera de sí, unas manos clarísimas. Para los que lo vieron en el campo, todos excepto Pérez Burrull (el árbitro), y para los que lo vieron en la tele Marchena quedó en evidencia.
Lo sucedido en el partido no fue una mera anécdota. Las desconexiones de Marchena son una constante durante la temporada. De hecho, Quique Sánchez Flores nos confesó en una ocasión a un grupo de periodistas el porqué de su obsesión por poner al andaluz en el centro del campo. “Marchena es un gran jugador, pero en el centro del campo se notan bastante menos sus desconexiones, porque sus errores en defensa pueden ser fatales”, dijo el ahora técnico del Atlético de Madrid.
Sus defensores dirán que no hay central en España que conduzca tan bien el balón desde la cueva o que realice algunos pases estratosféricos. Correcto. Marchena tiene unas cualidades técnicas envidiables y envidiadas por muchos centrales de la Liga. Sin embargo, se evade. Y no sólo eso, sino que se empeña en demostrar su escuela futbolística. Esa manera de entender el fútbol que tienen muchos jugadores provenientes de la cantera del Sevilla FC, en la que el engaño, la fábula y el teatro, ensucian el fútbol con embustes. Una escuela a la que pertenece Marchena, pero también otros ilustres como Navas o Capel. Son jugadores con buen cuño pero que con diversas actuaciones desprestigian el deporte. Las simulaciones de faltas, el teatro excesivo, el fanatismo… Eso no es deporte.
Marchena se juega su renovación en el Valencia CF esta temporada y me cuentan que los que mandan en el club se pegaron un buen mosqueo con él tras el partido. Con una nueva chiquillada ha dejado a su equipo en cuadro y puede que abandone la nave al final de temporada. En previsión a que eso suceda se ha apalabrado la contratación de un central con oficio, Ricardo Costa, al igual que se ha hecho con el fichaje del Chori Domínguez previniendo la fuga de Silva a Inglaterra (Manchester United) o a España (Barcelona o Madrid).
Si yo fuera Manuel Llorente lo vendía. No tengo ninguna duda. Con un poco de suerte, España llega lejos en el Mundial y sube su cotización con lo que el Valencia ganaría más dinerito con su venta. El Valencia no puede consentir más esguinces cerebrales en su equipo, por mucha calidad que tenga el futbolista.

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