Washington, 7 sep (EFE).- Los senadores Marco Rubio y Robert Menéndez, ambos de origen cubano, presentaron una nueva propuesta legislativa que de ser aprobada por el Congreso pondría en pausa los recién inaugurados vuelos entre Estados Unidos y Cuba.
En una alianza bipartidista, ambos senadores respaldan el proyecto de ley bajo un argumento relacionado con la “poca fiabilidad” del “régimen antiamericano” de Cuba, así como de sus trabajadores aeroportuarios.
Los senadores buscan frenar los vuelos desde y hacia Cuba hasta que la Administración de Seguridad del Transporte de EE.UU. (TSA, por su sigla en inglés) evalúe las medidas de seguridad de los aeropuertos de la isla y pueda comprobar la fiabilidad del personal aeroportuario cubano.
“Con tantas amenazas graves de seguridad en todo el mundo, es irresponsable dejar aspectos clave de nuestra seguridad en las manos del antiamericano y represivo régimen de Cuba”, consideró en un comunicado Rubio, firme opositor al restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana.
En ese sentido, Rubio resaltó que el personal de los aeropuertos es contratado por el Gobierno cubano y, a su juicio, eso incrementa las probabilidades de que alguien que busca dañar a EE.UU. acceda a información sensible sobre datos de vuelos o controles de seguridad.
Entre otras cosas, Rubio y Menéndez quieren saber si los aeropuertos de la isla tienen escáneres corporales adecuados, sistemas de detección de explosivos, tecnologías para detectar pasaportes falsos y un exhaustivo proceso para conocer a quién se está contratando como empleado.
“(Cuba) sigue siendo un aliado estratégico de algunas de las organizaciones terroristas más peligrosas del mundo”, subrayó en un comunicado Menéndez, uno de los senadores más críticos con la política de apertura a la isla.
La iniciativa de los senadores enfrentará con todo pronóstico una dura batalla en el Congreso, donde en el último año se han propuesto varios proyectos de ley para viajar libremente a la isla y han avanzado sigilosamente iniciativas para enviar remesas y facilitar las telecomunicaciones con Cuba.
En el improbable caso de que la iniciativa prosperara en el Congreso, la Casa Blanca tiene poder de veto y probablemente frenaría esta propuesta, pues se opone frontalmente a las políticas emprendidas por el presidente, Barack Obama, para normalizar relaciones con el viejo enemigo de la Guerra Fría.
Los defensores de la apertura de los vuelos comerciales argumentan que, durante años, las compañías de vuelos chárter han comunicado a los dos países sin ningún tipo de incidente.
Además, aseguran que el restablecimiento de vuelos comerciales entre Cuba y EE.UU. no solo establece una conexión regular, sino que además permite viajar a precios que rondan los 200 dólares por ida y vuelta, mucho menos de lo que debían pagar hasta ahora los viajeros de los vuelos chárter.
Frente a ello, los detractores de los vuelos comerciales, como Rubio y Menéndez, aseguran que los aeropuertos cubanos no cumplen las medidas de seguridad y, además, que el flujo de visitantes enriquecerá al régimen de los Castro a pesar de su cuestionable respeto a los derechos humanos.
Fuente: CiberCUba