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Marco Simoncelli muere en el circuito de Sepang

Publicado el 23 octubre 2011 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

Marco Simoncelli muere en el circuito de Sepang

Simoncelli el día que se proclamó campeón del mundo de 250cc - EFE.


Los récords, la competición y el deporte en general dejan de tenir sentido ni importancia ante desgracias como la acontencida con Marco Simoncelli, que se dejó la vida tras un accidente en el circuito de Sepang del que no pudo recuperarse. Super Sic, como era apodado por sus paisanos, se desestabilizó, quiso controlar la moto, pero ésta le fue arrastrando hasta donde rodaban Valentino Rossi, su amigo íntemo, y Collin Edwards en esa maldita undécima curva. Ninguno de los dos pudo evitar la colisión, tan fuerte que hizo que Simoncelli perdiese el casco y quedase desprotegido, recibiendo golpes muy fuertes en cabeza, así como en el cuello y el pecho. Salió la bandera roja y, suspendido el gran premio poco después, lo único importante pasó a ser la vida de uno de los portagonistas de MotoGP, de Simoncelli, tan señalado por su estilo arriesgado como elogio y como crítica. Pero no hubo milagro y falleció a las 10.56 horas (4.56 en Malasia) dejando conmocionado al mundo del motociclismo. Sólo tenía 24 años. Es el 41º piloto muerto desde que en 1949 se inauguró el Mundial, el quinto en 22 temporadas y el segundo en dos, tras el fallecimiento de Shoya Tomizawa en Mugello el año pasado. 
Simoncelli dijo adiós después de regalar una serie de buenos adelantamientos con Álvaro Bautista, uno de sus eternos rivales y al había arrebatado el título de 250cc en 2008 en el mismo escenario. Porque Sepang ha marcado la vida del italiano, que minutos antes del accidente y en una estampa que le definía bien apareció con una toalla amarilla en la cabeza, gafas negras y una gran sonrisa para mostrar un cartel que anunciaba su nueva página web (www.58marcosimoncelli.it/), convertida ahora en una gran foto del piloto sonriendo con dicha toalla y un mensaje conmovedor: "Ciao, Super Sic". Un mensaje suscrito por todos sus compañeros de parrilla. "Todos unidos, todos tristes", dijo Toni Elias.
"Correoso y valiente"
"Era correoso y valiente, muy valiente. (...) A veces nos olvidamos de lo peligroso que es esto", describió, deshecho, Dani Pedrosa, con el que tuvo un accidente en Le Mans. O Jorge Lorenzo, al que enfadó en Assen: "No sé qué decir de un día asi... Sólo sé que te echaremos de menos. Descansa en paz Marco". Las rencillas, claro, no tenían sentido. Mientras, mecánicos, deportistas y periodistas intentaban arropar a los componentes del San Carlo Honda Gresini, que había renovado un año más a Simoncelli, pero sobre todo a dos personas: Kate, la novia de Simoncelli, y su padre, Paolo, que estaban en el circuito de Sepang para ver Marco. En casa lo vivieron la madre y la hermana recibieron la peor de las noticias.
Rossi se alejó de los focos, hundido por perder a uno de sus mejores amigos y por haber vivido en primera persona el suceso. Il Dottore fue el único de los tres implicados que no se cayó, aguantó como pudo encima de la Ducati y progresó por la hierba antes reincorporarse al asfalto. Entonces se giró, miró hacia atrás y se santiguó: era consciente de que la cosa había sido grave. Como lo fueron quienes se inventaron una supuesta carta de Rossi. "Es un fake", se encargó de advertir Davide Brivio, su team manager. Casi a las ocho de la tarde llegó el comentario de Rossi en su Twitter: "Sic para mí eras como un hermano pequeño. Tan fuerte en la pista y tan dulce en la vida real. Voy echarle mucho de menos".
Un homenaje tan auténtico como el vídeo que Simoncelli había grabado para sus aficionados horas antes de la prueba. Entre otras cosas decía que "puedo hacer muy buena prueba". Venía de ser segundo en Phillip Island y se fue dando guerra. "Era un personaje único. Un buen tío. Con su estilo de vestir, de pilotar", recordó Toni Elias. Se fue el 58, Super Sic, el piloto examinado con lupa por todos, pero del que nadie dudaba de su talento. Italia, que llora su pérdida, le veía como el sucesor de Rossi. Les unía carisma, estilo propio y una gran amistad. Les separaba el fútbol, Il Dottore era del Inter, y Simoncelli, del Milán, que le dedicó una remontaba espectacular 3-4 (después de ir perdiendo 0-3) en Lecce.  

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