El de Marco Vassi, el párrafo inicial de su novela La solución salina, es brutal, demoledor:
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No sabíamos si queríamos que naciera el niño. Por eso, hasta pasado el tercer mes de embarazo de Lucinda, estuvimos sin saber qué hacer. Luego se convirtió en un caso de asesinato.
Marco Vassi en La solución salina (1996).
Traducción de J. L. Fernández-Villanueva Cencio.