Revista Opinión

Marenostrum o como hacer negocios por aquí

Publicado el 19 julio 2016 por Elturco @jl_montesinos

Publicado en ValenciaOberta.es

A través de las redes sociales, que es lo que tienen, ha llegado hasta mí el relato de uno de los organizadores del festival Marenostrum, cancelado por las autoridades, bajo criterios, según relata, meramente discrecionales.

Es evidente que no hay por qué creer a alguien con tanta implicación, pero el conocimiento de cómo funcionan las cosas en la administración valenciana y citando como cita los organismos de los que ha obtenido los permisos, no hay por qué, objetivamente, no creer al organizador. Cualquiera de esos organismos puede salir a desmentir al chaval. Y a mí se me empañan los ojos.

La moraleja, por así decirlo, vendría a ser que pidiendo todos las licencias habidas y por haber, siendo todas las respuestas positivas, estando pues escrupulosamente a lo que diga la ley, el gobierno de turno se reserva para sí la potestad incontestable de hacer lo que le venga en gana y tumbar cualquier negocio que no le parezca bien al amigo de turno. Así funcionan las cosas.

Uno se pregunta si, en lugar de ser unos jóvenes emprendedores que han perdido hasta la camisa, hubiera sido una potente multinacional, que reclama daños y perjuicios, y que con el tiempo se lleva el gato al agua, puesto que puede pagar abogados y esperar, quién hubiera pagado el pato. Uno se responde: usted y yo.

No hacen falta privilegios para que esas grandes empresas vengan a montar casinos u operaciones chamartines, el cumplimiento de la ley es más que suficiente. Ni siquiera entro a valorar si esta ley es justa o una cacicada. Gente con voluntad y muchos desvelos es capaz de obtener tantos permisos como la administración les pida. Se cumple la ley. Se preparan montañas de papeles, no gigas, aun no, montañas. Y se queda uno con el culo al aire esperando que el cacique de turno no tenga un amigo al que moleste el humo de los cigarrillos que fumo. Esa es la gran estafa. El cumplimiento de la ley es del todo insuficiente, cuando a quien le tiene que dar la gana no se la da.

Así es la vida en España. Así se consiguen licencias y permisos. Tú paga. Invierte. Gástate el dinero en profesionales. Cumple con todo lo que te digan. Y ya veremos. No se te ocurra inventar un coche que va solo o un servicio de colaboración entre particulares. Que si no podemos sacar tajada o molesta al lobby que no debe, directamente lo prohibiremos. Y no reclames. No vaya a ser que te metas en más líos. Los Corleone eran unas nenazas. Se lo digo yo.


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