Las heridas del alma
Surgida de una larga y delicada convalecencia, la comisaria María Ruiz regresa al servicio todavía lamiéndose las heridas, al menos las físicas, sin saber que para restañar las otras, las laceraciones del alma, hará falta algo mucho más consistente que el tiempo y un caso muy enrevesado, además de la inquina de un nuevo superior que pretende enviarla nada menos que a una lejana comisaría de provincias.
No es fácil recuperar el pulso, y acostumbrar al cuerpo a las secuelas del ataque con el que finalizó el caso anterior, pero hay que seguir hacia delante, y así lo hacen quienes rodean a la comisaria, sobre todo el periodista Luna, bendecido por el éxito de ventas de su libro, y el compañero Carlos, retirado por los dos infartos que le quedaron de recuerdo tras la última aventura junto a su colega madrileña. El problema llega cuando empiezan a surgir una serie de suicidas que, casualmente, eran todos empleados de Pétrole de France, una empresa que se ha propuesto ejercer la innovación más puntera en lo referente a regulaciones de empleo. Además, y sin aparente conexión, Tomás, el informático policial y nueva pareja de María, acude en ayuda de un amigo que ha tenido acceso a ciertos secretos de la citada petrolera, y una niña es secuestrada de manera fulgurante en Toledo, con ese formulario tan moderno de los raptos Express.
Berna González Harbour se sienta sobre las tramas como una diosa y juguetea con el lector, pero sin permitirle olvidar que es una buena conocedora del género. Eso sí, la novela va adoptando un considerable tono de amargura según avanza hacia su resolución, al que contribuye la actualidad social de los desahuciados, estafados con las preferentes y concentrados del movimiento 15-M, y en esta atmósfera densa es donde más brillará el talento de la comisaria Ruiz, a pesar de las nuevas heridas anímicas que la acechan.
Margen de error. Berna González Harbour.RBA. Barcelona 2014. 320 páginas. 19 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 12/4/2014)