Demasiado frío para salir de casa, rayos peligrosos, centellas diabólicas que caen sobre magníficos santuarios en la Costa da Morte, lluvia incesante, olas de varios metros… El equipo de Márgenes nos ha preparado la mejor alternativa a esta climatología, tan poco proclive al paseo, y nos invita a conocer a unos personajes exuberantes e inolvidables. En cualquier otro festival la técnica del retrato (ajeno o personal) tendería al trazo grueso, la impresión generalizada y el buen cromatismo, para contentar a todos y no enfrentarse a nadie. Sin embargo, cuando se habita en los Márgenes, las líneas son como cuchilladas, los pinceles tienen las puntas plagadas de alfileres y, a veces, desaparece el color para analizar con interés las zonas de los grises, más frecuentes que los amarillos radiantes. El autorretrato que practica el cineasta argentino, Ivo Aichenbaum, en Cabeza de ratón es de los incisivos y en profundidad. A finales de septiembre de 2011 el estudiante Ivo, deja Buenos Aires para regresar a la Patagonia, más concretamente a Río Gallegos. Allí intentará encontrar los rastros de sus amigos, sus vivencias y su pasado. Pero a su historia se suma la de la ciudad y un serie choque entre las reflexiones, provocadas por unas imágenes de archivo que intentar vender las ventajas de disfrutar de Río Gallegos, sus experiencias pasadas y la realidad actual que filma el autor.Intenso e interesante vídeo diario en una auto-ficción inteligente. Momentos estelares: la causa de la proliferación del mito del apocalipsis, la poesía de un pájaro callejero y una fachada de ladrillo y confirmar que el corazón de los amantes del heavy metal es el más tierno de todos los géneros musicales.
Muy mosqueado me ha dejado otro argentino de la selección oficial, Germán Scelso. En El Modelo, el director en menos de una hora nos presenta otro personaje muy particular: el de Jordi, un minusválido que pide limosna en las calles de nuestro país. Lo que podía haberse reducido a una visión personal de su situación y psicología, poco a poco, se va transformado en un retrato, literalmente, con muchos claroscuros, y en una relación límite entre retratista y retratado. Atención: cineasta de mucho talento, al que habrá que seguir muy de cerca.
El peruano Raúl del Busto en El espacio entre las cosas firma la película que más le hubiese gustado a Jorge Luis Borges. Partiendo de la declaración de principios de Nietzsche que afirmaba que las cosas vienen a nosotros deseando transformarse en símbolos, en este cine negro existencial se mezclan japoneses que se quedan a vivir en los aeropuertos, voces femeninas que hablan en sueños y unas tácticas y estrategias para combatir el miedo.Una de las más gratas sorpresas de la sección oficial ha sido Slimane, del español José Ángel Alayón. Exquisito retrato de unos adolescentes que, una vez expulsados de sus centros de acogida para menores, se encuentran solos, entre ellos, sin muchas posibilidades de encontrar trabajo o integrarse en un país que casi no conocen.Si bien la película comienza como P3ND3J05, a la manera de un documental sobre el grupo social estudiado, esta ópera prima deriva poco a poco hacia la ficción, integrando elementos de suspense y mezclando géneros diversos con una evidente maestría. Nombre a retener: José A. Alayón promete una carrera fascinante.Y por fin el Premio del Jurado de esta tercera edición del festival Márgenes: Fango de José Celestino Campusano (y también, tercer argentino de la selección oficial). En esta ficción El Indio y El Brujo, dos roqueros de los de antes, quieren montar un grupo de tango trash, como en un retrato deformado de Otto Dix, secuestros, desencuentros y música, crean un delirio que se aventura más allá de los senderos habituales de la narración y que conjuga una divina ironía con un elaborado feísmo.Y todo ello, hasta el 31 de diciembre y de manera gratuita, ¿a qué esperas para adentrarte en los Márgenes?