Revista Cine

Margin Call

Publicado el 13 noviembre 2012 por Nacho_c

Las cosas no volverán a ser lo que eran. Realmente vuelve a pasar lo que ya pasó.

Suelen darme reparo las películas que ocurren en 2 días. Las que no salen de las mismas cuatro paredes. Las que tienen un tema único y no combinan líneas argumentales. Margin Call es así. Pero es una fantástica película.

Es de las películas que nos hablan del inicio de esta nuestra gran crisis (si esta no es la mayor que nos toque vivir que Dios nos coja confesados), en unas pocas horas en las que se acaba la música y se desencadena el caos, y en una compañía a la que siempre se refieren como “la Firma”.

Reparto masculino, excepto cuatro secundarios, figuración y una perra. De traje y corbata e interpretaciones donde algunos no están a la altura, pero es que la altura la marcan Jeremy Irons, Kevin Spacey y Paul Bettany, absolutamente magníficos. Así como un secundario de lujo, alguien que siempre se reivindica atronadoramente a través de sus silencios, como Alfredo Landa, y que tiene un diálogo sublime en unas escaleras: Stanley Tucci.

No os voy a contar el argumento al detalle, no es mi estilo, pero ya tenéis unas nociones básicas de lo que os vais a encontrar. Y en esta pequeña historia se encierran momentos de máxima tensión, de pupilaje, de orgullo, de miedo, de sacrificio, de remordimientos y de egoísmo. Las decisiones a las que se enfrentan son para hacer llegar al CEO de la Firma a las 4 de la mañana en helicóptero, o para asomarse al vacío y buscar otra salida…

En la mayoría de las secuencias la procesión va por dentro, pero va, y a paso muy grave. Y eso es de agradecer hoy en día donde los sentimientos explotan en pantalla y te pringan cual ectoplasma (cuando salta T5 en una sesión aleatoria de zapping a quién no le gustaría tener un condensador de plasma en vez del mando?).

Técnicamente todo está bien, sin pretensiones, justo lo que necesita este guión de personajes. Algún plano de camara-car no da la sensación de movimiento y algún plano tiene una ligera diferencia de etalonaje con el contraplano (Ed Wood diría que no nos fijáramos en los detalles). Lo importante aquí no es eso. Es la historia, las actuaciones y las sensaciones que te dejan cual bolsita de infusión exprimida, húmeda y fría en la taza vacía.

De entrada, estas películas de género parecen difíciles de ver pero hay un puñado de ellas que son auténticas obras de arte. No sé si diría tanto de Margin Call, pero sí es una buena película que nos trata como adultos, que nos explica lo que pasa asumiendo que no somos ingenieros espaciales, pero tampoco gilipollas, y en la que ante la pregunta “¿seguro que esto es lo correcto?” la respuesta es “¿para quién?”.

Te deja con el déjà vu de que situaciones análogas las hemos vivido todos y que ahí es donde se ve a la gente especial, a los héroes incluso, y aquí no los hay.


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