Por fin hemos dado con el remedio total contra el estreñimiento. Se acabaron las pastillas, las infusiones y los desagradables medios mecánicos que hasta hoy nos facilitaban deshacernos de los residuos de la digestión. Hoy, con solo tener a mano un editorial de los que Marhuenda publica en La Razón el problema del estreñimiento se soluciona en cuestión de minutos. Parece ser que los cupones para cacerolas y menaje vario que el diario regala no consiguen subir las ventas y sus sesudos publicistas han encontrado la manera de que la tirada del rotativo aumente: los editoriales de Marhuenda. El éxito ha sido tal que las farmacéuticas y los herbolarios se están pensando demandar a La Razón por competencia desleal, y hasta advierten de los efectos secundarios que para nuestra salud mental puede provocar el solo hecho de ver la firma de D.Francisco Marhuenda al final del editorial o su foto al principio.
El último laxante gratuito se nos ofrece en forma de defensa a ultranza de Rodrigo Rato. Dice el ilustre tertuliano que contra Rato existe desde hace años una inmisericorde campaña de acoso y derribo. Afirma que no sabe si Rato ha cometido algún tipo de delito, falta o error, olvidando intencionadamente que el "ilustre" ha hecho perder millones de euros a los accionistas y preferentistas de Bankia, terminar de rematar a Cajamadrid, una entidad centenaria, haber utilizado la "tarjeta black" para pagarse masajes con final feliz y acogerse a una amnistía fiscal para ponerse al día con sus impuestos, eso si a precio de saldo. En el colmo del esperpento se queja Marhuenda de que a Rato no se le haya tratado como a otros presuntos, como, por ejemplo, a los Pujol, Chaves y Griñán,... y en este sentido afirma que el tratamiento recibido por Rato pone en evidencia que la justicia no es igual para todos, y tiene razón, si la justicia fuese igual para todos Rato y el resto de presuntos corruptos hace tiempo que deberían estar en prisión preventiva, al igual que lo están todos aquellos que, por la imputación de delitos mucho menos graves, llenan los módulos de las prisiones en espera de juicio. No se que opinará Enrique Granados desde la cárcel de Estremera, pero seguro que se apunta a la tesis de Marhuenda y ya le habrá llamado para que le meta en el saco de las injusticias. O todos o ninguno coño, que al fin y al cabo no hemos matado a nadie. Por otro lado, Marhuenda omite que su admirado Rato puede que haya sido el detenido por la policía que menos tiempo ha ostentado esa condición desde que las Comisarias existen y el único que no ha sido esposado por la policía, todo un récord. Tampoco sabemos si lo han fichado, si le han hecho las fotos de rigor y tomado las huellas dactilares, tal y como hacen con todos aquellos que son detenidos aunque sea por robar un salchichón ibérico en Alcampo, me temo que ni una cosa ni la otra. Marhuenda, tienes razón, la justicia no es igual para todos, pero eso ya lo saben hasta los que llegan a España en patera.
Dice el profesor, licenciado en derecho, historia y no se cuantas cosas más, aparte de doctorado en servilismo por el Partido Popular, destacado pupilo de Fernandez Diaz primero y de Rajoy después, que a Rato se le ha condenado ya a la pena de telediario, que se le ha enviado al inframundo sin que medie condena previa, y lo dice quién diariamente y a la menor ocasión descalifica públicamente a todo aquel que se aparta lo más mínimo de sus ideas políticas, no digamos ya si se aborda el tema de la República. Sus ataques contra el comunismo y cualquiera de sus derivadas, aparte de completamente anacrónicos e infantiles, son constantes. Para él la izquierda sigue siendo exclusivamente Stalin y la izquierda española un grupo de bolcheviques, olvidando que nada más desaparecer Stalin su mandato fue condenado en 1956 en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, y su sucesor, Nikita Jrushchov, denunció su legado y condujo el proceso de desestalinización de la URSS.
A mi esto de que los poderosos y famosos se quejen de la pena de telediario me hace mucha gracia, que más quisieran los delincuentes comunes tener acceso a la opinión pública para contarnos su versión de los hechos por los que se les encarcela, según ellos siempre injustamente, y que más quisieran que un superdotado intelectualmente como Marhuenda defendiera sus derechos y su dignidad, que también la tienen, en las páginas de un periódico y en los platós de las televisiones.
Hoy el juez Ruz, tachado de incompetente por Marhuenda en numerosas ocasiones, abandona definitivamente la Audiencia Nacional, Marhuenda y Rajoy se fumarán un puro y brindaran con cava.
(1)
Deja sin concluir las causas más importantes de los últimos años: la instrucción del caso Gürtel más allá de la primera época (1999-2005), pues de esa ya ha dictado auto de apertura de juicio oral para 41 imputados; los papeles de Bárcenas, que se encuentra encarando el final de la instrucción; y el caso Neymar, que también deja en su última fase.Entre todos los implicados en estos casos no figura ningún comunista, todos son poderosos y ricos. Sí Marhuenda sí, como afirmas en tu editorial la justicia no es igual para todos, aunque Rajoy, sus palmeros y su ministro de Justicia se empeñen en convencernos de lo contrario.
Benito Sacaluga.
(1) EL HUFFINGTON POST