Revista Cultura y Ocio
Mencionada por: José Alfonso Pérez MartínezSara Gutiérrez Caballero
Menciona a:Amalia BautistaÁngel PaniaguaAntonio MorenoEloy Sánchez RosilloFederico Gallego RipollFelipe Benítez ReyesFrancisco CaroGinés AniorteGloria FuertesJavier SalvagoJerónimo Muñoz PalmaJosefina SoriaJuan Carlos DanaJuan Vicente PiquerasKaty ParraLaura CampmanyPedro A. González MorenoPepa AgüeraSara Gutiérrez CaballeroSoren Peñalver
Bio-bibliografía
Mari Cruz Agüera nació en Puerto de Mazarrón (Murcia) en 1967. Ha publicado Cardiopatías de amor (2005), El hilo frágil (2007), Travesía de naufrago (2007) y Palabras para tirar del puente (2010).
Poemas
Paseo PeredaAquí me tienes hoy,
gata en celo que surca tus tejados.
Las olas que humedecen balaustradas
me salpican los dedos.
Voy arriba y abajo por la calle
de luz intensa y tuya
mientras persigo entre los adoquines
ese rastro de aromas que dejaste.
Aquí, sobre este banco de sol tibio,
se le cayó a tu boca algún silencio
-aún retozan en él alas de ángel-.
Y este color henchido de lavandas
tuvo que florecer sobre tus ojos.
Sí, me parece verte allá a lo lejos
reír en las buhardillas,
mientras dejas caer sobre mi pecho
gorrïones ardientes de tus labios.
Quiero trepar, huir hasta tu cuerpo,
enmarañar mi piel entre tus manos,
pero me quedo aquí, gata a la sombra
de este jardín que vibra como agosto.De el hilo frágil 2007
Canto final
Así de antojadizos son los pájaros.
Se posó en tu mañana,comió del pan caliente de tus manosy anidó en la cornisa de tus ojos.
No alientes tu dolor si alza su vuelo;será el legado último, pues al abrir las alas,también te habrá entregado su belleza;y aunque después se marche -tan solo como libre-,no juzgues su egoísmo,fue tuyo mucho más que el poseerlo:te amó con cada ensayo de su canto.
De Palabras para tirar del puente (2010)
La ventana
Siempre zarandeaba la mañana las cortinas del cuarto derramando en mis hombros diminutos aspavientos de luz; al fondo se escuchaba cierta música y un sacudir de trapos contra el polvo, de sillas enredándose en la escoba, de ventanas al viento. Yo imaginaba en todo ese alboroto que alguien desmantelaba mi paisaje y que al abrir la puerta encontraría una imagen caótica del mundo, pero cuando por fin me levantaba y atravesaba el miedo a la intemperie todo tenía su lugar preciso y en el aire flotaba, como un bálsamo, un aroma a jazmines. Se estrenaba el hogar y la riqueza era el amor del sol en el pasillo, el corazón abierto de las sábanas, la presencia segura de mi madre.
Ya no suceden días como aquellos, nadie ordena la vida, nadie dispone el rumbo de las cosas con templado equilibrio, todo es vertiginoso y absurdamente triste, menos esta ventana expatriada a la luz de aquel recuerdo desde la que me miro, y soy pequeña.