María Alex, la poetisa de Azul
Maria Alex Urrutia Artieda
Por Enrique C. Rodríguez
Puede parecer acaso hasta un contrasentido recordar, utilizar el tiempo pasado para quien alguna vez alcanzara la categoría de ser eterno presente. María Alex de Azul es para la sociedad casi un sinónimo de su simbología cultural. Sin embargo, cuando transcurren los años las nuevas generaciones muestran avidez por aproximarse a la huella de su impronta. Y entonces sí, el pretérito convoca para referirnos a quien fuera la poetisa de este terruño.
Mencionemos primeramente las obras que escribió María Aléx, para luego enumerar algunas de las numerosas distinciones de que fuera objeto.
En 1938 apareció su primer libro de poemas, MUSICA INTERIOR , por cuya calidad le fuera solicitado por la Biblioteca Pública de Nueva York para incorporarlo a su patrimonio.
Dos años después publicó BRUJERIAS ( Poemario de la Andanza ) .
En 1946 editó “ POEMAS “ y el mismo año, un ensayo sobre Antonio Machado, el cual fue impreso para la serie Cuadernos de Azul, de la Biblioteca Popular “ Bartolomé J. Ronco “.
En 1958 ve la luz CANTOS y cinco años después, CANTOS DE LA PATRIA CHICA .
Su antología poética llamada AYER ILUMINADO se conoció en 1968, junto con una semblanza de Francisco López Merino.
El último libro de nuestra poetisa fue MUJERES DE AQUELLA PAMPA, poemario ilustrado con bocetos de Doelia Alvarez, y dedicado a las primeras y valientes pobladoras de esta zona.
De sus múltiples colaboraciones en Diario El Tiempo, destacamos sus “ Apuntes Histórico-Líricos de Azul “, publicados en 1968, en el cual abordara, con el apoyo de su poesía, temas tales como la fundación, el indio, el fortín y las carretas.
En cuanto a las distinciones y homenajes que se le tributaran, pondremos de resalto las siguientes:
- En 1971 recibió el Premio Almafuerte, otorgado por la Sociedad de Escritores de la Pcia. de Bs. As.; fue la primera vez que tal lauro se otorgara a una mujer.
- El mismo año, la Subsecretaría de Cultura de la Provincia le dedicó el número 15 de sus Cuadernos del Instituto de Literatura, el cual se titula “ Urrutia Artieda y Azul “ y cuenta con prólogo, selección y notas de Raúl D’ Onofrio.
- En 1974, y por Decreto del 13 de Septiembre, el Poder Ejecutivo Bonaerense la consagró como Hija Benemérita de la Provincia, motivo por el cual viajó a nuestra ciudad el Ministro de Educación, Dr. Tomás Diego Bernard, quien le hizo entrega de una medalla de oro y un diploma.
- En 1975 la Biblioteca Popular de Azul la designó Socia Honoraria, y su querida Escuela Provincial N° 2 la hizo, simbólicamente, depositaria de su llave.
- Al año siguiente, la Intendencia Municipal declaró a su obra “ LA PATRIA CHICA “ como Poemario Oficial de Azul.
- Y en 1978, en un cálido homenaje que le realizan el Diario El Tiempo y la comunidad toda, fue descubierta en su casa de Uriburu 474 una placa conmemorativa de los 40 años de la aparición de su primer libro, MUSICA INTERIOR .
Los primeros años de vida de María Aléx han quedado registrados para la posteridad a través de un testimonio de primera mano, ya que Mario Labaronnie le realizó un reportaje poco antes de morir a la última de sus hermanas, Raquel Mercedes, a quien todos conocemos como Soledad o simplemente, “ Sole “.
El casette con esa grabación se encuentra disponible en nuestra Hemeroteca.
María Alex cursó los estudios primarios en la ya legendaria Escuela N° 2. Cuando su viejo edificio fue demolido, le dedicó un poema llamado “ Destino “ que en una de sus estrofas dice:
“ Y me duele tu muerte hasta la sangre / más allá de la lágrima y el rezo / Porque muere contigo, entre tu polvo / la alegría infantil de mis recreos “
Realizó los estudios secundarios en el Colegio Nacional, donde fue su maestro dilecto el Profesor Reynaldo Marín.
Luego de ello, viajó a La Plata a estudiar el Profesorado en Letras de la Facultad de Humanidades, donde enseñaban hombres de la talla de Arturo Marasso, Rafael Alberto Arrieta y Arturo Capdevila.
En esa época fue colaboradora del diario “ La Razón “ y las revistas nacionales “ Mundo Argentino “ y “ El Hogar “.
Ya recibida, regresó a su Azul para dedicarse a la docencia secundaria y superior, en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal.
Entre 1938 y 1939 dirigió el suplemento literario del Diario El Tiempo, trabando amistad con su director, el Dr. Carlos A. Ronchetti, y con el Dr. Bartolomé J. Ronco.
Ninguna actividad cultural le fue ajena. Formó parte del cuerpo de docentes de la Universidad Popular “José Hernández “, en la cual dictó gratuitamente y durante 45 años, clases de Castellano, Ortografía, Redacción y Selección de Textos.
Integró el grupo fundador de la Agrupación Artística Maná y fue, durante muchos años, miembro de la C.D. de la Biblioteca Ronco.
Cuando María Alex se jubiló como profesora, y se disponía a realizar su sueño de “ andar la provincia “ , el destino la ató a una silla de ruedas. Pero ello no logró doblegar su espíritu, reflejando su esperanza en este poema de 1971:
Aquí estoy en mi mundo, aquí en mi casa,
Con mi gente, mis ansias y mi duelo,
Sostenida en “ la prueba “ por el celo
Y el cuidado fraterno ya sin tasa.
Aquí estoy yo así. Y en mi consuelo
Desde el fondo del alma se desplaza
La esperada esperanza que me abrasa
Con el vivo deseo de mi anhelo.
Andarme como ayer, a mi albedrío,
Levantados la fe, el amor y el brío
En la suerte y la gracia de ese gozo.
Andarme de ese modo es lo que espero,
Yo no sé si será, pero lo quiero
Con empeño sin lindes ni reposo.
Cuenta la Profesora Haydée Dieguez de Vázquez, en una nota que le hiciera Angélica Waddell para “ Carta Abierta “ que
“ María Aléx era una persona simple, de personalidad fuerte, que decía las cosas que tenía que decir “
También recuerda Beba Vázquez en esa entrevista algún amor platónico de María Aléx con un alma gemela, con la cual solía encontrarse para hablar de los mutuos sentimientos, pero la relación no se concretó en matrimonio.
Nuestra poetisa falleció el 15 de Octubre de 1982. Como reseñara Adriana Abadie en “ Fotos y Letras “, su postrera voluntad está reflejada en el mármol de su propia tumba. Allí, casi en la entrada misma al cementerio municipal, y bajo la sombra del ciprés que supo ganar en vida para resguardar su sueño eterno, reza su epitafio, que escribiera diez años antes de su muerte:
Caminante: Aquí dice Maria Aléx;
mas no creas que yazgo en esta fosa;
pues apenas llegada, presurosa,
me trepé por la savia silenciosa
hasta el gajo más alto del ciprés.
y allí estoy, caminante, allá en la altura
como ayer en la tierra y en el anhelo:
rodeada de pájaros y cielo,
encendida de canto y de dulzura
NOTA: Partes de este texto fueron difundidas en el programa " Ana y el espejo ", a través de la emisora FM del Pueblo de la ciudad de Azul.
El autor agradece el inestimable apoyo de la conductora del programa, Sra. Ana María Praiz, y al amigo y gran colaborador en la Hemeroteca, Sr. Mario Labaronnie.
En consonancia con el propósito de divulgación histórica que animara nuestra participación en la radio, se permite la reproducción total o parcial de este artículo, con el solo requisito de la mención de su fuente.