María, Madre mia, si tu me prestas tus sandalias podré percibir el polvo del camino para seguir a Jesús tu Niño amado, camianr sin temor a nada, dejándolo todo… olvidado y desprendido de todo…
Quiero confiarme solo de la Palabra…
Préstame tus sandalias María para poder camianr sostenido en la esperanza que aún cuando esté fatigado, al final del sendero tu serás el puente… que estarás conmigo…
Para confiar en en el Dios Vivo, Uno y Trino que me habla desde lo alto cuando yo en mi inconstanica me pierdo muchas veces en lo repentino del atardecer…
Si tu quieres María, préstame tus sandalias para tratar de ser aunque más no sea un poco como tú, servidor sincero, comprometido, ferviente en la fe y con la mirada puesta en la única Luz verdadera …
Así podré decirle a Jesús que a pesar de mis flaquezas, de intentar levantarme despúes de las caídas, su Resurrección es para mi garantía de gozo , voz que habla en mi interior a querer ser cambiado, momento propicio a una vida nueva que bebe del Agua que sacia y que purifica la debilidad de mi existencia …
Y si tú quieres Madre!, revélame cual es tu paso para seguir tras tus huellas sabiendo que así aunque a veces flaquee en proseguir, encuentro en la fortaleza de tu ejemplo la esperanza deseosa de participar algun día de su Reino Eterno. Amén.
ORACIÓN DE CONFIANZA
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, im plorando vuestro auxilio, ha ya sido desam parado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gi miendo bajo el pe so de mis pecados me atrevo a compare cer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
El Acordaos —oración atribuída a San Bernardo de Claraval— es la mejor oración para mostrar nuestra confianza en la Virgen María, pues Ella es Madre cle mentísima; una Madre que está siempre pendiente de todos, y cada uno, de sus hijos.
El Acordaos —oración atribuída a San Bernardo de Claraval— es la mejor oración para mostrar nuestra confianza en la Virgen María, pues Ella es Madre cle mentísima; una Madre que está siempre pendiente de todos, y cada uno, de sus hijos. Es la súplica de un hijo que se ve necesitado de los cuidados maternales de María para vencer las tentaciones del enemigo. Un hijo que ruega e implo ra humildemente, reconociéndose indigno y peca dor, la protección siempre poderosa de la Madre de Dios, para que en ningún mo mento le deje solo. Un hijo que sabe que sin la ayuda de la Virgen no es capaz de salir victorioso en las batallas que tiene que Iuchar durante esta vida para alcanzar la gloria del Cielo.
En esta oración el alma recuerda a Santa María el motivo de su inquebrantable confianza: jamás la Virgen ha dejado de socorrer a los que han acudido a Ella buscando su protección. Y Ella presenta ante el trono de la Divina majestad de su Hijo Jesús todas las súplicas y ruegos que se le hacen.
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