María Martínez Duque es una joven logopeda, de tan solo 27 años, pero que acumula ya una dilatada experiencia en este campo, después de trabajar tanto en clínica privada como en servicios públicos de Atención Temprana de otras comunidades y provincias. Es logopeda desde el año 2016, Colegiada por el Colegio de Logopedas de Madrid y realizó el máster oficial de Intervención Logopédica Especializada en Atención Temprana y Voz por la Universidad Católica de Valencia. Además sigue una continua formación y en los últimos años se ha especializado en el abordaje de la alimentación en personas con el Trastorno del Espectro Autista, entre otros.
Oriunda de Canalejas del Arroyo, un pueblo pequeño de Cuenca que dista de Pastrana algo menos de una hora en coche y con parte de su familia procedente de Alcocer, un pueblo de Guadalajara, recaló con su pareja hace unos meses en la villa ducal de Pastrana. Poco tiempo después, María decidía emprender en su disciplina, un campo poco frecuente, con escasez de oferta en pueblos en la provincia Guadalajara. Hay centros y clínicas especializadas en esta disciplina en Azuqueca de Henares y en Guadalajara (ciudad).
La Logopedia es la disciplina que se encarga de la investigación, la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del habla, del lenguaje y la comunicación en sus dos vertientes (comprensiva y expresiva). También se ocupa del abordaje de los desórdenes orofaciales relacionados con las funciones de respiración, articulación, voz, masticación y deglución. La Logopedia puede tratar a cualquier persona de cualquier edad que lo necesite “en cualquier momento de la vida puede aparecer un problema del lenguaje o de la comunicación” aclara la emprendedora.
Los casos que está tratando en este momento son en su mayoría niños y niñas con problemas de pronunciación de los sonidos del habla, disfemias o tartamudez, trastornos del desarrollo del lenguaje (anteriormente llamados Trastorno Específico del Lenguaje), trastornos de déficit de atención con o sin hiperactividad, dificultades sensoriomotoras de alimentación o desordenes de alimentación por Autismo. También tiene algún paciente adulto con daño cerebral concretamente con afasia, con quien lleva a cabo una labor de mantenimiento y estimulación de las funciones lingüísticas preservadas.
“Podemos tratar casos desde bebés hasta personas ancianas. Y nuestro objetivo es siempre mejorar la comunicación y las funciones orofaciales (respiración, articulación, voz, masticación, deglución, movilidad facial), dependiendo del problema que tengan, la terapia a aplicar es diferente y les beneficia de una u otra manera”, señala María. Cualquier desorden tiene repercusiones, por ejemplo, los niños con deglución atípica que mastican mal o colocan la lengua en posiciones atípicas durante la masticación tendrán problemas dentales (descoloque de piezas dentarias) y, por tanto, es necesario también la coordinación con otros profesionales en este caso los dentistas.
La logopedia para niños de 0 a 3 años es pública en Castilla la Mancha por el Servicio de Atención Temprana. A partir de los 3 años, les dan apoyo en los centros escolares, y en algunos centros atienden a los niños hasta los 6 años, generalmente en los casos más graves. Cuando se detecta un problema en el desarrollo, el pediatra es el encargado de derivar al niño al Centro Base y a raíz de ahí entrará en la lista de espera para recibir tratamiento del área que necesite (fisioterapia, logopedia, psicología, psicomotricidad, etc). En la actualidad puede haber cierta demora en el acceso a la plaza pública lo cual hace que se pierda un tiempo valioso. En estos años tempranos es cuando mayor plasticidad cerebral hay, lo que predispone mejor a ciertos aprendizajes que luego no resultan tan rápidos de adquirir. “Por eso es tan importante una atención rápida y desde infancia”, señala la emprendedora.
Aunque María ha vivido en San Sebastián de los Reyes (Madrid), no pierde sus orígenes. Cree firmemente que el medio rural es una oportunidad. Ser la única clínica de estas características en cientos de kilómetros cuadrados de extensión y la cercanía de pueblos con centros escolares como Pastrana, Albalate de Zorita, Modéjar, Sacedón, Budia o Pioz, entre otros, ha hecho que María invierta sus ahorros en esta clínica, ya que no ha contado con subvenciones económicas, totalmente accesible, en pleno corazón histórico de Pastrana. Pese a que la Logopedia no requiera la adquisición de muchos equipos, si es necesaria una fuerte inversión, algo que incluye todos los permisos (sanitarios, técnicos u otros) y el arrendamiento del propio local. “Utilizamos cuentos, libros, pizarra y tizas, juegos de mesa, material de juego funcional y simbólico, ejercitadores respiratorios, vibradores faciales, grabadora de voz, cronometro, colchonetas, por ejemplo. Hay un material mínimo que incluye todo lo anterior y algunos otros instrumentos que deben tenerse como requisito indispensable para abrir cualquier centro. Así lo exige la Delegación de Sanidad de cada provincia para obtener los permisos”, indica.
María ha contado con el apoyo de Ayuntamiento de Pastrana en todo el proceso. “Me he sentido arropada. Me han facilitado mucho los trámites, no solo los que dependen del Ayuntamiento sino también algunos otros”, dice María agradecida.
La logopeda trabaja con cita previa, fundamentalmente con adultos por la mañana y con niños por la tarde. Y se ha publicitado en toda La Alcarria.
¿Cómo se abordan los casos?
Lo primero que hace María es una anamnesis, o recogida de información de las particularidades de cada caso con la familia del paciente. “Determino cuál es el problema y cuando empezó esta dificultad, y recabo datos médicos o de desarrollo importantes. A continuación, llevo a cabo una evaluación, con un test estandarizado, si es posible, y si no lo es, con una observación cualitativa hecha a través de tablas de registro o a través de grabaciones de voz. Después transcribo todo informáticamente y analizo minuciosamente los errores. Con los resultados, elaboró un informe inicial, que nos dará la información necesaria para elaborar un programa de intervención orientado a esa persona, con unos objetivos a cumplir. De manera periódica reevaluó si los objetivos se están cumpliendo o no, adaptando así el propio programa de intervención para saber si está siendo efectivo para ese paciente. Si no es así, lo reajusto”, explica la emprendedora.
María desarrolla el programa de terapia, además de lógicamente orientado a cada patología, en la individualidad de cada paciente. “Les enseño técnicas y métodos basados en sus fortalezas y debilidades, para lo cual también cuento con la familia. La labor del logopeda debe ser coordinada con las familias, el colegio, y con otros profesionales sanitarios que traten al paciente”, indica María. La logopeda suele pasar a la consulta a las familias en las sesiones de terapia “para que el paciente se pueda rehabilitar en su día a día, en situaciones cotidianas y con sus seres queridos como apoyo”