Revista Economía

Maria no, no, no, no

Publicado el 04 octubre 2014 por Torrens

Hace pocos días recibí un Whatsapp con varias palabras catalanas cuya traducción al castellano consiste solo en añadir no, como PIno, MAno o VIno, y al final se incluía la frase que da título a esta nota. 

Realmente tenemos un Presidente de chiste que, aparte no dar la cara ni frente al espejo, tiene dos manías: todo lo que no le conviene es ilegal y él sabe de antemano que cualquier Alto Tribunal que se consulte le dará la razón aunque no la tenga, y la segunda manía es pasarse el día mintiendo a pesar de que se le pilla día sí y día también.

Aún no hace ni quince días que Rajoy anunció al mundo que España es también un ejemplo a seguir en cuanto a la reforma de la Administración Pública, cuyo coste, según él, ha sido ya reducido en muchos miles de millones, y que todavía se reducirá en 10.500 millones más solo este año, aunque perdió una gran oportunidad de añadir que además es capaz de hacer grandes milagros, como conseguir todo eso sin hacer nada, porque lo que su gobierno ha hecho con el desastre de Administración Pública que soportamos no es exactamente nada, pero se le acerca muchísimo.

Y resulta que el lunes 29 nos enteramos que el ex ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, después de dimitir, no ha tardado ni una semana en encontrar cobijo en una de las muchas cuevas de Ali Baba de la Administración Española donde los políticos amortizados después de haber demostrado ampliamente su inutilidad y talante autoritario y corrupto se refugian para seguir cobrando un sueldo elevado por no hacer nada y encima hacerlo mal. Cueva que se lleva un presupuesto anual de varios millones para cubrir una función absolutamente inútil y perfectamente prescindible. Todo ello en la Administración Pública reformada y sumamente recortada, aunque claramente inexistente, a la que se refería nuestro chiste de Presidente solo unos días antes. De verdad que me alegraría mucho que aunque solo fuese por una vez Rajoy hablase en público sin tomarnos el pelo, sin demostrar que está convencido de que somos idiotas perdidos y sin engañarnos.

La verdad es que al pobre Rajoy con frecuencia las cosas le salen mal. Fue el primer coordinador dentro del PP de la recogida de firmas contra el Estatut, y promotor, y malas lenguas dicen que iniciador, del boicot a los productos catalanes, y mira por donde lo único que han conseguido es que en 2013, las empresas catalanas ya exportaron más que vendieron al resto de España, en concreto Catalunya exportó el 39,1% del valor de su producción, mientras al resto de España solo vendió el 31,4. Por el contrario la importación del extranjero en Catalunya, que siempre había sido no más de un 10% superior a lo que se compraba en el resto de España está ahora en un 47,6% para los productos importados y solo el 19,5% para los productos adquiridos en el resto de España. Es de agradecer que a Rajoy y compañía les caigamos tan bien que en su día se preocupasen de montar un boicot contra los productos catalanes, con el clarísimo objetivo de hacer a Catalunya cada vez menos dependiente del mercado español.

De todas formas, y teniendo en cuenta la verdadera razón del boicot, se tiene que reconocer que los del PP son extraordinarios planificadores a largo plazo, mediante planes que además cumplen con precisión suiza. Desde que en el 2000 José Maria Aznar gana las elecciones por mayoría absoluta se inicia el inteligente y bien estructurado plan del PP para llevar a Catalunya a la independencia y de esta forma poder librar a España del inmenso coste y constantes problemas que continuamente provocan los catalanes, que encima hablan raro. El plan se inicia mediante varias acciones encaminadas al acoso y derribo de la CCAA catalana. Ordenan la inconstitucionalidad del recién aprobado Estatut y el Tribunal Constitucional, de la forma más baja y rastrera posible, cumple la orden. A pesar de estar avalado por organismos internacionales entre los que se encuentra la Eurocámara, inician las acciones diseñadas para acabar con el sistema de inmersión lingüística sobre el que se basaba el sistema educativo catalán, sentando al mismo tiempo las bases para erradicar cualquier rastro de ese ruido insoportable que le llaman idioma catalán de todas las CCAA donde se habla, y su reducción a la mínima expresión en la propia Catalunya, a la vez que incumplen incluso el Estatut recortado y desde los ministerios económicos sientan las bases para dejar las finanzas Catalanas en estado catatónico. Una vez conseguido el objetivo básico de despertar al soberanismo catalán de su letargo de casi un siglo y después de asegurarse que los independentistas ya son casi mayoría y son capaces de montar las manifestaciones más importantes de toda Europa tanto en volumen como en organización, se ponen a hacer exactamente lo contrario a lo que llevaría a la solución del problema, precisamente para exacerbar más todavía los ánimos y con ello provocar el constante crecimiento del independentismo, objetivo al que apoyan desde sus medios de comunicación propios y afines mediante insultos, mentiras y difamaciones que dibujan una Catalunya peligrosa, intolerante y agresiva con cualquier ciudadano castellanoparlante o que se sienta español, dibujo que es doblemente útil para el plan, por un lado crea odio a Catalunya y los catalanes en el resto de España y en Catalunya hace crecer el independentismo. Paralelamente, y para asegurarse que se podrá cumplir con comodidad y sin mayores problemas el objetivo final del plan, es decir la independencia de Catalunya, se monta el boicot a los productos catalanes que cumple perfectamente su verdadera función, que no es otra que hacer a la producción industrial catalana cada vez menos dependiente del mercado español, con una precisión exquisita porque cuando, gracias a los esfuerzos y buen hacer del PP, Catalunya ya está muy cerca de su independencia es precisamente también cuando está más cerca de dejar de depender comercialmente de España. Ni la NASA de sus mejores años era capaz de una planificación tan elaborada y ejecutada de forma tan precisa. Y el plan sigue, como es evidente en los presupuestos del 2015, que retrasan y adelgazan el Corredor Mediterráneo, ni mencionan la comprometida segunda fase de los accesos al puerto de Barcelona, que acumulan un retraso de 12 años, y sitúan la inversión en infraestructuras en Catalunya en el nivel más bajo en 17 años. Presupuestos que en general insisten además en los tradicionales criterios hispanos de decisión sobre infraestructuras, propios de la clase de los niños más tontos de un parvulario, porque una vez más la mayor inversión va a líneas de AVE que normalmente llevan más empleados de RENFE que pasajeros, mientras dejan claro que pretenden limitar al máximo las inversiones en infraestructuras que, entre otras cosas, impulsan las exportaciones, pero tienen el gravísimo inconveniente que no pasan por Madrid.

Por cierto. El Ministro de Guindos ha declarado que el escándalo de los 15 millones de gastos privados cargados en tarjetas de crédito de Bankia por miembros de su consejo le ha revuelto el estómago. Me imagino entonces que la indemnización de 1.350 millones que los usuarios del gas vamos a pagar a empresas del Sr. Florentino Pérez por el más espectacular robo de caudales públicos jamás ejecutado en el continente que supone el escándalo Castor, le habrá obligado a ingresar por una larga temporada en una clínica especializada en dolencias estomacales.

Es seguro que en el caso Castor no va a haber ni dimisiones, ni ceses, ni nadie va a acabar en la cárcel, y entonces ¿Cómo no va a haber millones de personas que quieren acabar con esta porquería maloliente por el método que sea, en Catalunya y en toda España?.

 


MARIA NO, NO, NO, NO.


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