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Con una cuidada ambientación y un guión que refuerza las escenas de diálogos para aprovechar un buen reparto en el que sobresalen Glenda Jackson y Vanessa Redgrave cuenta con alguna licencia pero gran respeto histórico, la época de tensión allá por el siglo XVI entre la reina de Inglaterra Isabel I, protestante y sin descendencia y su prima María Estuardo, reina de Escocia, católica y madre de un hijo heredero legítimo del trono de Inglaterra. El espectador logra entender perfectamente el complejo entramado político y social que enfrenta a los dos personajes, aunque la perspectiva y la empatía siempre está del lado de la segunda, sobre la que se centra la película para dar cuenta de su vida. Consiguió 5 nominaciones en los Óscars en 1971 (mejor actriz, dirección artística, BSO y sonido) pero no obtuvo ningún premio. Cine histórico bien desarrollado, bien narrado, para nada aburrido y que merece la pena verse.