Revista Cultura y Ocio

María Suré. "Huérfanos de sombra"

Publicado el 20 febrero 2020 por Juancarlos53
Lo que llamó mi atención sobre “Huérfanos de sombra” cuando leí la reseña de Laky en su blog “Libros que hay que leer” o la de Eyra en el suyo (“Cosas mías”) fue que María Suré, su autora, fuese salmantina y que buena parte del relato transcurriera en la salmantina zona de La Alberca, en una localidad inventada, Aldeanegra, aunque próxima a otras bien ciertas: Nuñomoral (ésta ya en Cáceres), El Cabaco, Santiago de la Puebla, etc.
La escritora
María Suré (Salamanca, 1973) estudió Ingeniería Informática en la Universidad Politécnica de Valencia y actualmente trabaja como Analista y Programadora informática. Apasionada de la lectura desde niña de todo tipo de género, siempre soñó con dar vida a los personajes e historias que surgían de su fértil imaginación. En 2014 decide comenzar a escribir y hacer realidad sus sueños. Su primera novela, “El color del perdón”, se publicó en formato digital y papel en septiembre de 2015. En octubre de 2017 su segunda novela, “Proyecto B.E.L.”, quedó finalista en el 21º Premio de Novela Ciudad de Badajoz, publicándose ese mismo mes. Noviembre de 2019 es la fecha de publicación “Huérfanos de sombra”, su última novela.

Sinopsis de la NovelaLa Alberca, Nuñomoral, España vacíaHannah tiene 86 años y sigue siendo una mujer de armas tomar. Con 7 años subió sola a un tren en Alemania que la alejaría del horror de la guerra pero que la transportó a una vida llena de adversidades donde sobrevivir se convirtió en el reto más difícil. Ahora vive una vida relajada y feliz junto a su hija, pero el pasado vuelve para reabrir viejas cicatrices y recordarle que algunas heridas nunca cerrarán.
Toribio odia su vida, ha pensado más de una vez en acabar con la pesada carga que soporta sobre sus espaldas. Pero un día lluvioso y frío, una joven llama a su puerta para pedirle ayuda y, con ella, la vida irrumpe en su casa por sorpresa, dándole un vuelco a su existencia.
Laura se quedó embarazada demasiado pronto y las circunstancias la llevaron a vivir en Aldeanegra, un pueblo de la provincia de Salamanca sin apenas habitantes, situado en plena Sierra de Francia. Allí pasa sus días con el niño y Toribio, su abuelo, y, contra todo pronóstico, es feliz. Su hijo ha logrado recomponer los pedazos de unas vidas rotas por el destino, pero la frágil unión de esos trozos se resquebraja cuando el pequeño desaparece en extrañas circunstancias.
Mi comentario
Es una historia que aúna dos tramas bien distintas en su origen (las vicisitudes de Hannah iniciadas dentro de la diáspora sufrida por los judíos centroeuropeos ante la persecución nazi antes de y durante la IIª Guerra Mundial, y la vida en Aldeanegra en la época actual, año 2018, de una mujer joven (Laura) que cría a su hijo (Marcos) junto al abuelo del mismo (Toribio) que viene a suplir la ausencia en las funciones de padre de su hijo (Curro). Estas dos líneas temporales así como sus tramas respectivas se desarrollan en contrapunto viniendo a confluir en el momento actual en el caso de la desaparición de una persona, lo que provocará la entrada en escena de la pareja de la Guardia Civil formada por la sargento Cristina Albino y el guardia Anselmo Picarzo quienes en un vertiginoso thriller investigarán el asunto que ha sacudido esta zona de la sierra salmantina. El ritmo narrativo va de menos a más según transcurre la novela. Durante los primeros capítulos, en especial los referidos a la salida de Alemania de una expedición de niños judíos camino de Inglaterra donde se les acogerá para evitarles sufrimientos -¡de guerra, porque sufrimientos muchos de estos niños los conocerán por la explotación a la que muchas familias de acogida los someterán!-, la acción transcurre plácida y morosa. Tal placidez desaparece cuando ambas tramas ya han coincidido en el momento presente y sucede la acción delictiva que se investiga.

María Suré, amén de mostrar vivencias durísimas sufridas por algunos de esos niños judíos alemanes (especialmente Hannah o Janusz) sacados fuera del país para salvarlos de una más que segura muerte y también la suerte corrida por otros más afortunados como su amiga Yona, también judía alemana, acogida por una familia residente en Bilbao, utiliza el relato para poner sobre el tapete toda una serie de asuntos importantes: el amor loco en adolescentes y los embarazos consecuencia del mismo; el terrible poder del dinero capaz de anular cualquier sentimiento; la vida natural y su preservación; la venganza y sus consecuencias; la entrega y el respeto absolutos hacia el otro (Gonzalo por Laura; Quentin y Hannah); la relación padres - hijos (Renata con su madre Hannah; Marcos con su madre Laura; Aurelio Galarza con sus dos hijos, Luis y Simón); la necesaria preservación de la libertad sexual sea cual sea la orientación del individuo en la misma (los abusos de Simón con su empleado Toño), la discriminación de la mujer; etc.
El tratamiento dado a algunos asuntos, por la época en que se sitúan -guerra mundial, reciente posguerra, pleno franquismo...-, por muy sensibilizados que estemos ante los mismos en el momento actual, considero poco pertinente aplicar criterios de hoy para abordarlos. Y pienso que en dos o tres momentos de la historia que se cuenta el anacronismo hace su aparición; así sucede, por ejemplo, cuando en pleno año de 1948 Erika sufre abusos por parte del adulto que amablemente la acogió en su casa, y Hannah, su amiga, "le propuso denunciarlo ante las autoridades por lo que le hacía". Creo que, aparte de que Erika se enfadase con Hannah cuando ésta se lo dijo dado que ella amaba al que muy poco después sería su marido, en 1948 por mucho que fuera Gran Bretaña donde ocurre el suceso, el abuso sexual sobre una adolescente era 'pecata minuta', un asunto muy menor que no preocupaba y no se perseguía a no ser que estuviese impregnado de otros delitos a su alrededor. Y lo mismo diría por inverosímil que una persona en la década de los 50 del siglo pasado se escandalizase al leer en un periódico que un organismo internacional considera bueno y educativo dar un cachete a los niños
"CONVENIENCIA O INCONVENIENCIA DE QUE A LOS NIÑOS LES “ZURREN” EN LA ESCUELA. La O.N.U. autorizó el “cachete” y profesores, alumnos y padres de familia lo aceptan como necesario y pedagógico… si es oportuno."
La verosimilitud en una historia de ficción es esencial y caer en anacronismos para satisfacer a los lectores actuales me parece una especie de engaño poco edificante.
Lo dicho en el párrafo anterior es el pequeño 'pero' que pongo a esta novela que me ha parecido entretenida y que me ha hecho sentir orgulloso de mi cultura autóctona. Muchas cosas en este sentido me han agradado. Así me ha gustado especialmente ver cómo María Suré presenta muchas de las costumbres y tradiciones salmantinas más acendradas (el hornazo -"una empanada a base de embutidos"-, los "dulces tradicionales de la zona elaborados con productos naturales como las perrunillas, amarguillos, almendras garrapiñadas o turrón artesanal", el lunes de aguas, el padre Putas, el lagarto de la iglesia de Santiago de la Puebla, la rana sobre una calavera en la fachada de la Universidad...) y también la alusión a otros detalles que a gran velocidad van convirtiéndose en leyenda pese a su reciente creación como el astronauta en una jamba de la Catedral que hoy día visitan los turistas como si hubiese sido realizado en el pasado. Así mismo me ha encantado que la historia penetre en aspectos conocidos de la historia de la Provincia, pero poco analizados en profundidad, algo así como autocensurados en la conciencia de los salmantinos. Me refiero especialmente al asunto de la explotación del wolframio en Barruecopardo durante el tiempo de la segunda guerra mundial y su exportación al régimen nazi y también aunque más tarde a los aliados, o la existencia de minas de estaño en zonas de la sierra de Francia.
La novela consta de 31 capítulos, muchos de ellos con una cita inicial que sirve de marco referencial e introductorio a lo que en el mismo acontecerá. La novela toma el nombre de uno de los capítulos. Este título es clave para comprender el relato en su totalidad, razón por la que omitiré decir nada sobre su significado. Sí diré que el narrador es un relator externo sabedor de todo y que no hay ruptura temporal en ninguna de las dos líneas narrativas. Hasta que se produce la confluencia de las mismas en el momento actual de 2018 la sucesión capitular es alterna: pasado de Hannah desde 1939 - vida actual en Aldeanegra. Sólo hay un capítulo hacia el final de "Huérfanos de sombra" en que para atar cabos la autora retorna a 1939;  el resto desde el capítulo 17 discurre de manera lineal.
Tras la palabra "FIN" la novelista añade unas 'Reflexiones' que en mi opinión poco o nada añaden a la propia historia. Me parecen más que otra cosa una especie de autorreseña que no acabo de entender. ¿Es que la escritora debe conducir la intelección de sus lectores sin darles la libertad de pensar por ellos mismos, o es que no se fía de sí misma y piensa que si no lo aclara quizás se la malinterprete? No sé, a mí esta manera de querer llevar al público lector del ronzal nunca me ha gustado. Aunque hayan pasado ya casi dos siglos de esto estoy con Mariano José de Larra cuando decía en uno de sus Artículos aquello de "Libertad en literatura, como en las artes, como en la industria, como en el comercio, como en la conciencia. He aquí la divisa de nuestra época, he aquí la nuestra, he aquí la medida con que mediremos". Y esto, naturalmente, incluye la de la libertad en la conciencia interpretativa de los textos leídos. No faltaría más.
María Suré.

Volver a la Portada de Logo Paperblog