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María (y los demás). Un lugar en el mundo.

Publicado el 05 diciembre 2016 por Criticasen8mm @Criticasen8mm
María (y los demás). Un lugar en el mundo.Título original:
María (y los demás)
Año:
2016
Fecha de estreno:
7 de diciembre de 2016
Duración:
90 min
País:
España
Director:
Nely Reguera
Reparto:
Bárbara Lennie, José Ángel Egido, Pablo Derqui, Vito Sanz, Julián Villagrán, María Vázquez, Rocío León
Distribuidora:
Avalon
Nely Reguera no puede negar el influjo de Noah Baumbach en su debut cinematográfico. María (y los demás) recuerda a Frances Ha en tanto a que comparten una protagonista treinteañera perdida, en busca de un sueño laboral irrealizado con [alerta spoiler] un final esperanzador por un giro vital y gratificante a nivel personal [fin spoiler]. Incluso hay una carrera -liberadora- por la calle. También recuerda a Margot y la boda por esa lengua viperina haciendo daño a los suyos en vísperas de un casamiento. Y, en general, adapta el universo de Baumbach pues, tanto Reguera como el neoyorquino, se centran en protagonistas femeninas inadaptadas sociales, patéticas pero positivas -en el fondo-, haciendo hincapié en la soledad y en la transición a la madurez emocional, y siempre manteniendo un tono natural bañado de comedia amarga.
María (y los demás). Un lugar en el mundo.
María (y los demás)comienza con una contundente primera escena explícita sobre el carácter de María (Bárbara Lennie), la protagonista absoluta del filme. En primer plano, María fuma debajo de un árbol cuyas ramas ocultan sus ojos, ocultan su alma porque tiene miedos y se esconde del mundo. El primer trabajo como directora de Reguera se trata de un drama con características de comedia triste representado en la actitud inmadura, despreocuapda y cuasi infantil mostrada por la protagonista. Reguera introduce ese humor oscuro con la intención de livianizar y desdramatizar la vida de María; y queda algo más patente en los secundarios, quienes dan el tono más cómico y estrambótico.
Una Bárbara Lennie soberbia, acostumbrada a papeles intensos, lleva el peso interpretativo de la película apareciendo en todos los planosde la misma. María se encuentra en una situación estanco, cuidando de su padre enfermo de cáncer. Cuando él mejora y anuncia su boda con una enfermera, comienza la debacle personal de María al ser consciente de no tener un rumbo ni haber perseguido unas metas. Amargada, enfadada con el mundo, enrabietada, María se había autoimpuesto la prohibición de ser feliz. Y ahora se encuentra en plena crisis existencial a sus treinta y pico años. Debido a su dificultad para enfrentarse a la vida, a la soledad, María centrará su frustración en el refugio y el confort familiar desencadenando unos conflictos con sus hermanos.
María (y los demás). Un lugar en el mundo.
Reguera circunvala el drama de María junto con sus relaciones familiares. Ha creado con su ópera prima una protagonista terrenal, real, identificable. Un retrato generacional -en mayor o menor medida por el tema del mercado laboral y la recurrente crisis por edades- donde la empatía con el personaje de Lennie por sus fracasos, por sus sueños -la divertida escena en la librería-, por su maldad infantilizada, por su actitud inmadura a menudo, desprende ternura. Y todo ello contado de manera neutral, sin florituras en la narración, aunque con alguna licencia de irrealidad, captando lo cotidiano de su personaje principal y de su forma de entender -y encajar en- el mundo.

8/10


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