Hoy no voy a hablaros como Itkdev, la persona que se encarga de subir contenidos en el blog. No. Hoy quiero hablaros como la persona que está detrás de ese alias, porque creo que la ocasión requiere ser un poco menos fría.
Hace años que conozco de la existencia de Mariam porque hemos compartido editorial durante mucho tiempo. No habíamos tenido trato hasta que arrancó ese maravilloso proyecto que es Minstrel Valley. Es decir, ni siquiera la había leído porque la vida no me da para leer a todas las compañeras, escribir y hacer otras cosas. Sin embargo, mi primer encuentro con su pluma no pudo ser mejor, pues la novela de la serie es una delicia. En ella descubrí a una escritora delicada, elegante, que conoce bien la época sobre la que escribe y que es capaz de trasladarte a cada uno de los lugares que describe, pues te arrastra hacia la historia de tal modo, que ya no existe nada más.
Como persona... ¿qué os puedo decir? Es maravillosa y creo que esa palabra es más que suficiente para describirla. Del grupo no es de las que más habla, pero cuando lo hace, es contundente y, en ocasiones, tiene la sensatez necesaria para calmarnos cuando nos venimos arriba. Juglaresas no sería lo mismo sin ella. Sobre todo cuando tomamos el café juntas gracias a la magia de Zoom, porque entonces sí que es de las que más habla, sí.
Una cura para el alma es un proyecto especial para ella, una novela que la ha acompañado durante años y, precisamente por eso, que haya ganado el Premio Vergara con ella me llena de una gran emoción. Cuando lo supe, cuando me dijeron que ella era la ganadora, lloré de emoción. Esther, no sabes la alegría tan inmensa que siento porque hayas sido tú quien ha ganado el premio este año. Y creo hablar en nombre de todas las juglaresas al decir que esperamos que tengas muchísima suerte con esta novela. Y que sepas que me muero por ver la portada, leerla... en fin, tú ya me entiendes.
¡Felicidades, Mariam Orazal!
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