Jueves 24 de marzo, 20:00 horas. Conciertos CajAstur "Música del siglo XX", Pabellón CajAstur, Recinto Ferial Luis Adaro, Gijón. Antonio Serrano (armónica) y Mariano Díaz (piano).
Hace tiempo que el sonido de la armónica me subyuga, un instrumento tan pequeño pero tan expresivo y a la vez grande cuando hay un músico profesional detrás. Creo que el primero que escuché fue al belga Toots Thielemans, auténtico maestro de una pléyade de armonicistas entre los que después me encontré a Stevie Wonder. Como admirador del gran Piazzolla la armónica tiene mucho de bandoneón, e incluso en Asturias pudimos escuchar allá por el 2007 el Concierto para armónica y orquesta de Villa Lobos, llevando el instrumento a las salas sinfónicas, con la OSPA, Bonfiglio y Pablo González dirigiendo.
Y llegaba a Asturias Antonio Serrano al que tenía fichado desde que escuché su armónica en el disco de Martirio "Mucho Corazón", de quien creo haber escuchado que era su hijo (no corroborado pero estas cosas no suelen publicarse). Le seguí la pista colaborando con otros musicazos: en "No hay nada mejor que escribir una Canción" de mi paisano Víctor Manuel, Serrat en el último CD dedicado a Miguel Hernández, y otro de mis descubrimientos, el malagueño del Palo Toni Zenet y "Los Mares de China".
En Oviedo este miércoles me lo perdía pero Gijón lo tengo cerca y el cuerpo me pedía oxigenar en puerto de mar, por lo que esta vez a la segunda fue la vencida. Venía solamente con un pianista argentino de nombre muy español, Mariano Díaz, que lleva años acá, habiendo sido alumno de su compatriota Horacio Icasto del que ha tomado "buena nota" convirtiéndose en un aventajado y habitual acompañante del gran saxofonista Pedro Iturralde.
Desde Bud Powell y sus "Hallucinations", pasando por su maestro Toots Thielemans, sin olvidar tributos a John Coltrane ó Charlie Parker, y cómo no, otro grande de la armónica (¡y de las teclas!) como el ya citado Stevie Wonder ("Overjoy") para finalizar versioneando nada menos que a Lennon & McCartney ("I feel fine") en arreglo del propio Mariano, la velada hubiera sido redonda en un club con una buena copa, aunque el público ahora no pueda fumar. Pero de Jazz en mi tierra no estamos muy sobrados últimamente, así que como cantamos "quien estuviera en Asturias en algunas ocasiones", y este jueves era una de ellas.
El pianista argentino más que un excelente acompañante sonó como otro solista más, calentando a lo largo de la hora larga de recital, solos de calidad y calidez, sin abusos de pedal, fraseando con un estilo de lo más personal capaz de amoldarse a cualquier estilo desde el Hard Bop al Blues (lástima de Yamaha algo desafinado en los agudos), y una sutileza no exenta de toques humorísticos como es de esperar cuando hay sintonía y buen rollo (de hecho charlamos antes del concierto y así es en persona), formando un tándem realmente único con la armónica, "sin percatarnos" de la ausencia de batería y contrabajo, que hubiera sido "el completo".
Antonio Serrano fue desgranando un auténtico rosario de notas sentidas, tenidas, de vértigo y poso, jugando con colores y matices, dominando un instrumento como la armónica cromática del que sacó no ya melodías imposibles sino dobles notas que enriquecían aún más su excelente discurso jazzístico, el "palo" elegido esta vez. Pero sea flamenco, jazz, pop, fussion o clásica (todo un habitual que está preparando un disco de Bach de lo más prometedor), lo que tengo claro es la importancia de ser un músico integral, y este Serrano es aún mejor que el jamón.
El vídeo de arriba (mala imagen pero buen sonido para estar tomado con un teléfono y a oscuras) fue la propina, versión medley con un "No nos moverán" que más bien pensábamos los felices escuchantes...