Una introducción a la poesía contemporánea.
En un poema, el lenguaje puede llamar la atención por ser "raro", por funcionar de un modo distinto al de la vida cotidiana. Esto sucede tradicionalmente gracias a la métrica, a la rima, a la aliteración y otros recursos sonoros, a la disposición en estrofas, a la abundancia de figuras retóricas, al hecho de que la sintaxis se retuerza, todo lo cual sirve para advertirnos que tenemos que leer de otro modo, que el papel del receptor ha de ser distinto del habitual. Pero también puede llamar la atención porque no se entiende. No funciona, tampoco en este plano, como el lenguaje de la vida cotidiana: parece que no dice nada o que dice más de lo que dice. Esto genera tensión en el lector, y esta tensión es parte del sentido de la obra: el texto se abre para que entremos a vivir nuestra experiencia, a poner en movimiento esas palabras, cada uno a su manera.
Siempre que leemos un buen poema, por muy acostumbrados que estemos a leer poesía, sentimos esa tensión; con el tiempo, aprendemos a vivir con ella, a disfrutarla. Ese descoloque es la experiencia estética: sin asideros intelectuales (sin la captación de un sentido) ni formales (sin la percepción de un uso familiar del lenguaje), estamos en una especie de cuerda floja, entre el viento y el vértigo, entre el miedo y el deseo de caer.
Son dos párrafos de Tensión y sentido. Una introducción a la poesía contemporánea ( Taurus. Madrid, 2020), un espléndido ensayo en el que Mariano Peyrou aborda los códigos de la poesía contemporánea y los conecta con otras manifestaciones artísticas como la música y la pintura, o con territorios epistemológicos diversos como la filosofía, la psicología o la crítica literaria con un objetivo que resume así:
No me parece que haya que tratar de acercar la poesía al público haciendo la más simple y degustable, sino acercar el público a la poesía, con toda su complejidad. Ese es el principal objetivo de este libro.
Sus seis capítulos son otros tantos ejercicios de aproximación al poema como territorio de extrañeza verbal delimitado entre la tensión expresiva y la construcción del sentido, seis asedios a la poesía a través de ejemplos modélicos de textos de Eliot y Baudelaire, de Emily Dickinson o Wallace Stevens que encauzan "las reflexiones y notas de alguien que se dedica a la poesía desde la práctica; una tentativa de abordar ciertos problemas que surgen a la hora de leer y de escribir y, sobre todo, un intento de encontrar formas de acercarse a la poesía contemporánea, pero también a la más antigua, y de paso a otras disciplinas artísticas. Lo que importa aquí no es la teoría, sino los poemas, lo que los poemas nos hacen, cómo leerlos."
Por eso, aunque el libro fija su ambicioso objetivo con una compleja pregunta inicial -"¿Qué es la poesía?"-, "tal vez no nos interese tanto hallar una definición de la poesía, porque eso limitará nuestra forma de escribir y de leer."
A partir de ahí Peyrou propone sucesivos acercamientos al concepto de poesía que más que perseguir una definición unívoca de su realidad plural son un estímulo para que el lector aborde con esa rica complejidad caleidoscópica del fenómeno poético y su alta capacidad de producir experiencias emocionales intensas.
Construido sobre citas, poemas y reflexiones ajenas, sobre lecturas abiertas de textos significativos, de Keats a Pound, de Rimbaud a Valéry, de Shakespeare a Blake, de Pessoa a Wislawa Zsymborska, Tensión y sentido propone distintas aproximaciones a las peculiaridades de un lenguaje que "no funciona [...] como el lenguaje de la vida cotidiana: parece que no dice nada o que dice más de lo que dice. Esto genera tensión en el lector, y esta tensión es parte del sentido de la obra: el texto se abre para que entremos a vivir nuestra experiencia, a poner en movimiento esas palabras, cada uno a su manera."
Tensión verbal, pues, y construcción de un sentido que suele ir más allá de los límites del pensamiento racional, porque la irracionalidad es uno de los componentes constitutivos de la expresión poética, una y que encuentra su cauce en la metáfora, la ironía, el símbolo, la repetición, la connotación, la polisemia o la irracionalidad. Esos son los dos ejes en torno a los que se articula esta obra que explora la poesía como aventura expresiva que va más allá de los límites del pensamiento lógico para hablar de lo inefable con el lenguaje de los sueños, lo que la convierte en una experiencia creadora incontrolable y por consiguiente en una experiencia lectora exigente y abierta como las que se proponen en sus páginas.
Esa exploración se aborda desde una perspectiva integradora que vincula lo contemporáneo con la tradición y relaciona la poesía con otras actividades creativas como la música o la pintura a través del ritmo o las imágenes.
Quizá lo más meritorio del libro sea su voluntad divulgativa que hace la lectura fácil y compatible con la profundidad de su enfoque y con la cantidad de sugerencias que ofrece a quien se acerque a él. No saldrá defraudado, sino enriquecido con esta joya imprescindible.