Dada mi ideología política, de derechas, y mi partido de toda la vida, el Partido Popular, me he rodeado en las redes sociales de gente, sobre todo, de una ideología política similar a la mía principalmente. Ha generado la presente legislatura del Partido Popular entre todos nosotros una gran variedad de opiniones. Los hay que no les van a volver a votar, los hay que dudan si volver a votarles por no ver una alternativa real, los hay que definitivamente volverán a votar al Partido Popular por descarte y también los hay que están felices y encantados y votarían al Partido Popular ocurriese lo que ocurriese. Pero excepto muy contadas excepciones hay algo común y generalizado a pesar de la opción de voto elegida, el rechazo general y mayoritario hacia Mariano Rajoy.
En general las dudas que nos genera el voto hacia el Partido Popular es sobre todo por su culpa, no se debe dar cuenta el Partido Popular que los votantes seríamos capaces de perdonar la mala gestión de esta legislatura, pero a quien no perdonamos de ninguna manera es al Presidente del Gobierno. Nos ha mentido, nos ha traicionado y también ha demostrado una cobardía insoportable ante los grandes retos a los que se ha tenido que enfrentar, sobre todo en lo que afecta a la unidad de España, que es cada día más cuestionada sobre todo por su culpa y por su permisividad.
Rajoy utiliza sobre todo un argumento para justificar sus mentiras: la inesperada y, según él, sorprendente herencia recibida del anterior gobierno presidido por Zapatero. Lo siento, no me lo creo, ahí también miente; todos sabíamos que la herencia que nos dejaba Zapatero no era la oficial, sabíamos que había mucha basura oculta debajo de las alfombras y no puedo creerme que el entonces líder de la oposición y principal aspirante a suceder al nefasto de la ceja no supiera lo que le esperaba. Una mentira más de Rajoy, pero por desgracia sólo fue la primera de una larga e interminable lista de mentiras.
Pero el problema es todavía más grande, entre los muchos defectos que estamos viendo de Mariano Rajoy hay uno que sobresale entre todos ellos y que a mi personalmente me preocupa sobremanera: su gran ambición personal. Yo creo que la ambición personal de Mariano Rajoy es tan sumamente grande que está dispuesto a sacrificar lo que sea y a quien sea, pueblo español incluido, con tal de conseguir sus objetivos. No tiene un ápice de patriotismo ni de empatía hacia sus conciudadanos, le importamos un bledo tanto los que le hemos votado como los que no y sólo va a hacer algún tipo de concesión cuando el que se juegue su reelección sea él mismo, ni siquiera sus compañeros de partido.
Hay otra cosa que me llama mucho la atención y es que en las reuniones que ha mantenido con los responsables del PP en las últimas fechas no ve los muchos defectos que ha cometido. No ve que la gente a quien rechaza no es al PP, es sobre a todo a él y que a quien no queremos ver ni en pintura es a él y no al partido que representa; auto-crítica cero, vamos una joyita.
Creo que el Partido Popular es un partido fundamental para el futuro de España, pero el Partido Popular real, no esta especie de nuevo Partido Socialista que nos está colocando Mariano en su afán por quedar bien con la izquierda. Ese partido que tenía una idea clara sobre la unidad de España, que defendía a las víctimas del terrorismo contra viento y marea, que tenía una política económica clara con reducción de impuestos y fomento del consumo y la iniciativa privada. Ese partido, también, que tenía una idea clara sobre el aborto y que defendía España y el español en las regiones más difíciles de nuestro país. Eso es todo lo que los que hemos sido votantes del PP toda la vida echamos de menos y sabemos que con Rajoy hemos perdido definitivamente.
Tengo claro que Mariano Rajoy no me va a hacer caso porque yo no soy nadie y porque él hace lo que le da la gana en función a un interés únicamente personal. Yo le pediría un favor a Mariano Rajoy, que fuera patriota, que hiciera algo bueno por su país y por sus compatriotas y que se fuera. Ahora mismo Rajoy es un lastre para la derecha española y deja las puertas abiertas a un nuevo Frente Popular, dominado por los comunistas, que de conseguir entrar en el poder terminarían de hundir España. Necesitamos una derecha fuerte, necesitamos un Partido Popular fuerte y para ello es necesario soltar lastre; el lastre más pesado que tiene el Partido Popular es su máximo responsable. Rajoy debe hacernos un favor a todos e incluso a si mismo, debe irse. Señor Rajoy, por España, váyase.