Muddy Waters
«Tenía dose años la primera vez que probé la marihuana. Todavía vivía en mi país. Dormía en el mismo cuarto de mi hermano mayor, que en ese momento me había dejado solo porque se había ido a trabajar. En un cajón mi hermano guardaba un revólver y una caja de fósforos. Abrí el cajón. Vi la caja de fósforos. Dentro de la caja había un porro armado, a medio consumir. Pensé: “Tabaco no debe de ser, porque mi hermano lo habría botado por la ventana”. Así que me entró la curiosidad. Desarmé el porro y volví a liar lo de dentro con un trozo de papel de periódico. Lo prendí y me lo fumé. Se botó una gran humareda, con todo el humo flotando por la habitación. Estuve un ratito así, con el humo flotando. Hasta que abrí la ventana. Vivía en un… en un primer piso, sí. El humo salió por la ventana y escuché a la vecina de arriba decirle a su marido: “Visente, aquí huele a marihuana”. Yo mientras me eché en la cama, mareado, con un gran dolor de cabeza y me dormí, pero antes de dormirme pude escuchar que el vecino de arriba tocó el timbre y estuvo hablando con mi papá. Cuando me volví a despertar, mi hermano había llegado ya a casa. Era por la tarde. Mi papá le estaba echando una bronca: “No vuelvas a fumar delante de tu hermano pequeño”. Yo no dije nada de lo que en realidad había ocurrido. Mi hermano siempre ha ciudado de mí.»