


Enorme en todos los aspectos el Roque de Luis Cansino (que sustituyó al inicialmente previsto Ángel Ódena), dominando este papel como pocos hoy en día, crecido desde su aparición, puede que algo sobreactuado y casi verdiano, con potencia unida a su reconocido gusto que no me extraña fuese el más aplaudido junto a la protagonista. Cierto que sus romanzas son muy populares y el público las sabe de memoria, pero dibujó su personaje cual Ahab amargado y satírico de gran poderío en toda la extensión vocal junto a una escena prodigiosa.

El Pascual de Simón Orfila en la línea canora del menorquín, hermoso color vocal y actoral totalmente opuesto a Roque, celoso y elegante, siempre derrochando profesionalidad y entrega para delinear un cuarteto protagonista de enorme calidad.


No quiero olvidarme de la figuración y la "recuperada sardana" bien bailada, marcando todos los pasos como auténticos catalanes, sumándose Pascual y Marina que cantaron a continuación sin fatiga alguna. Con poco peso las tres púas y dos guitarras de la Orquesta Langreana de Plectro, aunque ayudó a completar la redonda romanza de Roque llena de brea, que en el norte llamamos chapapote aunque suene menos musical y tenga recuerdos de "poco Prestige".
