Revista Cultura y Ocio

'Marinero en tierra', de Rafael Alberti

Publicado el 10 junio 2011 por Goizeder Lamariano Martín

Marinero en tierra, de Rafael AlbertiTítulo: Marinero en tierraAutor: Rafael Alberti Editorial: Voces críticas Público Año de publicación: 1925Páginas: 145ISBN: B373872010

Vuelvo a la poesía con Marinero en tierra, de Rafael Alberti de quien, aunque me dé un poco de vergüenza, tengo que reconocer que no había leído nada. Y, si soy sincera, dudo mucho que vuelva a leer algo más. Al contrario de lo que me pasó con Pedro Salinas, la poesía de Alberti no me ha transmitido nada, no me ha llegado, no me ha hecho sentir. Aun así, sé que se trata de un grandísimo poeta. Marinero en tierra está formado por 111 poemas divididos en cinco partes. Todos tienen algo en común: la nostalgia, la añoranza, el grito, el llanto y el recuerdo de lo perdido, de lo que se ha ido, de lo que ya no está o de la que está lejos. Como estaba Alberti cuando escribió este poemario en Segovia, lejos de su Cádiz natal, esa tierra y ese mar que tanto amaba.

Una tierra y un mar que, aunque a simple vista puedan parecer algo simple, Alberti logra convertirlos en algo imprescindible y de gran importancia, algo esencial en su vida, porque forman parte de él, de su ser. Mientras algunos poetas cantan al amor o a la amada, Alberti canta a Andalucía, a Cádiz, a los marineros, al mar, porque los ama y los necesita para respirar, para existir, para vivir. Por eso creo que este poemario es premonitorio del exilio que Alberti se vio obligado a sufrir después de la Guerra Civil, entre 1939 hasta 1977, cuando por fin pudo regresar a España. Aunque me ha gustado mucho la pasión que Alberti siente por su tierra, sin embargo no me ha gustado cómo la expresa. Su poesía me ha resultado demasiado simple, muchos de los poemas me han recordado a canciones y juegos de niños, no he encontrado la profundidad, el sentimiento y la expresividad que esperaba. Aun así, os dejo con el poema que más me ha gustado y que creo que representa muy bien el cariño que Alberti sentía por su tierra y, sobre todo, por el mar. El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad?
¿Por qué me desenterrastedel mar?
En sueños, la marejadame tira del corazón. Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajisteacá?


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