Cuando uno deja una ciudad
noche de olores negros
enroscada en escaleras
que conducen al infierno
donde un hombre solo
cuenta sus días hacia atrás y adelante
y una mujer nada contra la melancolía
Cuando uno deja una ciudad
callejones húmedosumbrales sospechosos
habitaciones de espeso mal aliento
con una sola ventana sin visillos
por la que sólo entran los eclipses
el sol negro que alumbra a los poetas
y los amantes crujen y chisporrotean
como baile de ausentes en una casa abandonada
Cuando uno deja una ciudad para siempre
y el estampido del adiós suena en la bocacomo un delicado suicidio
Cuando uno abandona
podría deciry uno abandona y otro es abandonado
y nadie a quien mirar atrás
o solamente una persona única
que no alcanzamos a ver entre la multitud
y el avión comienza a corretear por la pista
entonces
el poema ha llegado a su fin
y uno sabe que nunca habrá de escribirlo
Todavía
Mario Trejo (Argentina, 1926 - 2012), El uso de la palabra. Ediciones Colihue.