En Europa, imponer una moneda única fue un error.
Al entrar en la moneda única, los países más fuertes deberían haber estado dispuestos a cuidar de los más débiles. Normalmente, los países con productividad más baja que tiene problemas, devalúan. Es lo que hacían España o Italia todo el tiempo. Ahora no pueden, lo único que pueden hacer es bajar salarios y cortar gasto público, y eso deprime la economía. Deberían haber permitido más campo para transferencias fiscales y cancelación de deuda. Pero no quieren hacerlo. Y es, probablemente, porque los finlandeses no sienten realmente que están en el mismo país que los griegos, y los alemanes no piensan en los españoles como sus compatriotas. Ahí está la raíz del problema. Sin el compromiso de cuidar a los más débiles, no podemos tener una moneda única.
Ha Joon Chang