A Pedro Sánchez le ha salido un adversario en Europa que lo va a destrozar. Se trata del primer Ministro holandés Mark Rutte, un tipo austero, de comportamiento ejemplar y político experto y con gran experiencia. Rutte, que lidera a la Europa austera y rigurosa que se opone al sur del despilfarro y el escaso rigor, es soltero, no vive en la residencia oficial de Casthuis, sino en su viejo apartamento, va al trabajo en bicicleta y sigue usando su viejo automóvil Saab, justo lo contrario de lo que es y hace el arrogante y ostentoso Pedro Sánchez, incapaz de ofrecer a sus ciudadanos otra versión que la de un sátrapa atiborrado de privilegios y ventajas, que se desplaza en aviones privados y helicópteros del Estado, con largos séquitos de coches, servidores públicos y aduladores bien retribuidos con el dinero de nuestros impuestos, que debería haberse utilizado para defender la economía y evitar las miles de muertes por coronavirus que jalonan su gestión como gobernante negligente. Enfrentarse a Mark Rutte es un suplicio suicida para el frívolo e impresentable Pedro Sánchez porque está derrotado de antemano por un político frugal y digno de ser ejemplo en la política de Europa. Sánchez no lo quiere admitir y oculta la verdad, gracias a su poderosa propaganda y a sus medios de comunicación sometidos, pero el gran obstáculo para la salvación y el progreso de España es ÉL MISMO. ---
Rutte quiere que el dinero que se entregue a España sirva para evitar que en el futuro la cigarra española cantarina, cuando llegue otra crisis, se encuentre sin recursos, endeudada y sin colchón financiero, precisamente porque en sus años de bonanza no ha sabido ni querido ahorrar, reducir su enorme deuda externa, ni ser eficiente, ni prevenir, ni ser prudente, sino frívola y despilfarradora. Rutte no quiere que Pedro Sánchez, que no es precisamente un demócrata ejemplar, utilice el dinero de los ahorradores europeos para engordar todavía más el Estado español, ya insostenible y plagado de lujos, de instituciones y chiringuitos inservibles y de enchufados inútiles, ni para incrementar su poder personal y el de su partido, el PSOE, más poderoso y carente de controles que lo aconsejado por la democracia.
Mark Rute, aparte de ser superior a Sánchez, moral y profesionalmente, y de acumular más experiencia y habilidades para el liderazgo, tiene también razón en su debate con el ostentoso español porque es él y no Sánchez quien está al lado del pueblo español y quien defiende los intereses de España, un país atribulado desde hace siglos por su clase política, que necesita acabar de una vez con su política corrupta, despilfarradora y poco rigurosa, como exige el holandés.
Pedro Sánchez, por su parte, es el ridículo representante de la vieja España de los señoritos, los caciques y los sátrapas, la que gasta el dinero público como si fuera suyo, la que margina a su pueblo, la que genera insatisfacción e injusticia, la que nada en el lujo y la ostentación, la que prostituye la democracia, la que somete a la prensa y a la Justicia y la que antepone, una y otra vez, los propios intereses de los políticos y sus amiguetes al bien común.
Millones de españoles decentes, asustados ante la deriva corrupta y desvergonzada que está siguiendo la política española, daríamos un brazo por tener al frente de nuestra nación a alguien como Mark Rutte, un tipo que además de gobernar con prudencia, acierto y dignidad, defendiendo siempre los intereses de Holanda y de su pueblo, sirve de modelo para los jóvenes y causa admiración y respeto entre sus administrados.
El padre de Mark Rutte, muerto en los años ochenta del pasado siglo, le dio un consejo que el político holandés nunca olvidó: "Nunca te hagas mas grande de lo que eres", una sentencia que le coloca en las antípodas de Pedro Sánchez, que es un tipo mediocre y desprovisto de valores, que siempre quiere aparentar más de lo que es.
Mark Rutte es un liberal que conecta con las viejas tradiciones de la Europa de las libertades y la democracia, mientras Pedro Sánchez es un filocomunista alejado del alma de Europa y de la misma democracia, con tendencias totalitarias, que vive del engaño y de la mentira, que ha abierto las puertas de España a los comunistas y que ha incumplido decenas de promesas, algunas, incluso, hechas en periodo electoral, que son las mas graves porque sirven de engaño, frustración y estafa para los que le votaron.
Somos muchos los españoles que le pedimos a Mark Rutte, desde la impotencia, la preocupación y la distancia, que resista y que jamás acepte entregar dinero sin condiciones al gobierno que presiden Sanchez y el comunista Pablo Iglesias, porque es seguro que lo gastaran no tanto en la grandeza de España ni en su reconstrucción económica como en fortalecer su propio poder, ganar votos y perpetuar su gobierno.
Para un español responsable y amante de la libertad, apostar por Mark en esta batalla, en lugar de hacerlo por Pedro, significa ser patriota y decente.
¡Animo Mark! ¡Tienes que lograr que la ayuda europea sea para el pueblo español, no para sus endemoniados sátrapas!
Francisco Rubiales