Revista Empresa

Marketing Amish

Publicado el 26 octubre 2011 por Migueldeluis

CC -by MV Jantzen

CC –by MV Jantzen

Las estadísticas dicen que… si vas más allá [de lo exigible para reparar algo], el cliente será más cliente que si no hubiera ocurrido nada.

¿Marketing? Lo primero que hay que aclarar es que Marketing no es lo mismo que publicidad, para nadie, y mucho menos para los Amish que tienen limitados sus medios de publicidad. Aquí no vamos a hablar de SEO, click-through, marketing de permiso, sino de algo más simple. Pero primero, ¿cuál es la definición de marketing para los Amish?

Marketing
Es identificar quien va a ser tu cliente… y conectar con él.

La marca Amish

El empresario Amish de éxito conoce perfectamente que vive y muera por la fuerza de las relaciones que forma con sus empleados, proveedores, distribuidores y particularmente sus clientes.

Por ello el respeto por sus clientes es el corazón del éxito Amish. Un respeto que se manifiesta desde la fabricación del producto hasta la posventa además de las relaciones con los clientes. El público lo sabe de modo que la “marca” Amish en general y el empresario en particular goza de una doble fama: me lo van a hacer bien, y si hay algún problema puedo estar tranquilo.

 

Esto se une a la “historia Amish”; cuando compramos Amish la ilusión es que compramos también una forma de vida más tranquila, cercana a la tierra, humilde y familiar. Algo parecido a cuando compramos artesanía de calidad, aunque multiplicado por dos.

Por encima de todo, tenemos que tener una conexión.

Y es esta disponibilidad para hacer una conexión, este ir más allá para conectar, que llega hasta a invitar a los clientes al taller, incluso años después de haber realizado el encargo, convierte a los negocios Amish en una vaca púrpura.

Este extra emocional hace que el cliente desee comprar Amish; la seguridad de saber que la calidad va a ser buena y no va a haber problemas disipa las dudas que puedan tener. La marca Amish tiene fuerza, tanta que les salen imitadores (en los muebles, no en el estilo de vida) hasta en China.

Expandir la historia Amish

La “historia Amish”, como la tuya no tiene que ser única, basta con que te diferencia de la competencia, que hagas todo lo posible para que el cliente potencial la conozca y que la vivas.

Publicidad

Hacemos publicidad para que la gente sepa quiénes somos y dónde estamos

La publicidad, que normalmente no hacen los Amish directamente sino las tiendas donde se venden sus productos, se concentra en reforzar esta “historia Amish”. Incluso llegan a hacer de los defectos virtud:

La artesanía de calidad no significa perfección… estas pequeñas imperfecciones no disminuyen la funcionalidad de la pieza. Muchos de nuestros clientes nos dicen que esos pequeños defectos son exactamente lo que da a nuestros muebles carácter… y les hacen parecer verdaderas antigüedades.

Pero esto es sólo una parte, pues el fin de la publicidad Amish es, de nuevo, una relación. Sin esta relación el dinero empleado en la publicidad se malgasta pues, como mucho, se consigue una sola venta. La publicidad es, por tanto, sólo un arma más del marketing.

Conclusión

Primero: ten tu visión, por qué y cómo haces lo que haces. Pero no seas visionario, aléjate de sueños imposibles y de las mentiras, pues no podrás vivirla.

Segundo: convierte tu visión en tu historia, que no tiene porque ser original, pero sí destacable, la calidad (si es cierta) es una historia estupenda en sí misma.

Tercero: comparte tu historia, haz todos los esfuerzos posibles para darla a conocer.

Cuarta: lo que distingue sobre un mensaje del spam es el elemento personal, el ir más allá de lo esperable, una atención personal en respuesta a una acción del consumidor, por ejemplo.

Quinta: entiende que la publicidad o que una venta son sólo elementos de una relación y es en esa relación donde está el beneficio para las dos partes


Nota final

Con esto termino mi estudio de Success Made Simple, pero sólo he rascado la superficie en este y mi anterior post. En realidad es de los mejores libros que he leído en este año, no por su prosa, pues en las citas que colecciona se nota que para los Amish el inglés es una segunda lengua. Lo bueno de Success Made Simple es que revela en términos muy sencillos como se puede tener éxito con un pequeño negocio y, al mismo tiempo, es una excelente introducción a la cultura Amish y su religión. No es “cafeína” para emprendedores, sino una guía detallada y basada en gente que ha tenido dificultades y que requerirá de litros de sudor para ponerla en práctica.

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