Marketing de Experiencias emplea sus mejores cualidades para vincular el producto y los servicios de una marca creando una vivencia óptima que registre una variación en el discernimiento del usuario.
Esto significa, experimentar el evento programado trascendiendo viejas resistencias y ampliando juicios de valor personal que reporten crecientes beneficios en ámbitos operativos dentro de la empresa.
Para ello, Branding va a respaldar las capacidades de Marketing de Experiencias, ya que los intereses mutuos, van dirigidos a conseguir una cultura de fans que les permita vivenciar y simpatizar con la marca.
Por otro lado, un resuelto Marketing de Experiencias abarca un entorno de acción que se sitúa, entre el lenguaje de las ideas de marca que le proporciona Branding y la expresión creativa que le concede Arte. Trabaja investigando esta conjunción indisoluble sin dejar de buscar en los espacios creativos que le regala Arte.
Así, de forma mecánica y bajo las directrices de Branding, se va a fijar en la cotidianeidad y en los comportamientos del usuario o del empleado modelando, de este modo, los espacios para sus eventos.
Arte, le transfiere su quehacer ante las determinadas circunstancias que tiene el usuario. Plantea y desarrolla espacios creativos, compartidos, de festival, de fantasía estableciendo correspondencias entre lo real y lo individual.
Experimentar o presenciar algún evento, implica explorar el carácter de la fantasía que es alimentado por la sociedad, es donde la representación parece no querer imitar nada exterior, ni ser la imágen de alguna cosa o de un inconsciente, sino que el evento, quiere ocupar ese espacio convirtiéndolo en esa cosa misma y en ese mismo inconsciente. Se transmite una emoción que prospera en todo su sentido, con coherencia de acción.