Si tu eres de los que quieren rentabilizar las horas que invierten frente al ordenador y ganar dinero a través de tu blog quizás te den ataques de dudas que te mantengan frenado o te quedes mirando ese universo de posibilidades con ojos de ilusión pero con pies de miedo (o sea, que la idea mola mucho pero que no mueves un dedo vamos)
La inseguridad es algo muy común cuando comenzamos un nuevo proyecto, normalmente comienza a asomar el hocico en el momento en el que hay que poner un poquito más de empeño, tiempo y ganas… la inseguridad es el arma de la pereza, es la baza que tiene tu subconsciente para que no te esfuerces mucho, no vaya a ser que falles y hayas hecho medio camino para nada.
La inseguridad nos hace dudar de nosotros mismos, a veces ni siquiera del producto, pero da miedo porque si alguien rechaza o no se interesa por lo que ofrecemos, de una manera u otra nos los tomamos de manera personal, como si a quien se rechazase fuese a nosotros y no a lo que ofrecemos...y claro, mejor quieto parao que apaleao.
Hay muchos sistemas para fortalecer nuestra autoconfianza y nuestra autoestima, pero cuando se trata de vender, es mejor tener una estrategia sobre el papel que muchos mantras en la mente (y lo digo yo que soy muy de mantras).
Nuestras inseguridades muchas veces tienen más que ver con nosotros que con el producto. Todos tenemos algún drama o miedos personales, un ego bien gordo a menudo… desvincularlos de nuestra empresa es complicado, pero no imposible.
Apártate del producto, tú no eres el producto.
Me explico, somos bloggers, exponemos un poquito (o un muchito, eso ya depende de cada uno) nuestras intimidades a quienes en el futuro serán los clientes de nuestros artículos… cuando decidimos vender algo en nuestro blog pensamos en si la gente “nos” lo compará. Y sí, hay mucho de relaciones públicas, pero si tu blog sienta un precedente de calidad, sigue un estilo y unos temas consistentes, el producto se va a relacionar con la parafernalia que lo rodea, no contigo únicamente.
Así que sácate el dedo del ombligo y piensa más en el cliente que en ti, que esto no va de ti, va de vender y el aquí sólo importan dos cosas: el producto y el cliente.
Antes de comenzar con estrategias de marketing, análisis dafo y cuadros de cuentas, creo que merece la pena preguntarnos si podremos mantener la cabeza fría.
Con una cabeza fría si algo falla buscamos soluciones y alternativas de una forma más efectiva, con una cabeza caliente nos agobiamos, nos entra el drama, nos damos cuatro leches y nuestros amigos y familia pueden acabar recibiendo…
Y de nuevo, que tener éxito en tu empresa (y cuando digo éxito quiero decir ventas, continuidad, clientes satisfechos y todo bajo unos niveles de estrés mínimos) tiene mucho que ver con ser humilde y objetivo no sólo con las ganas que le pongas o lo mucho que lo desees.
Baja la nariz y mira al mundo con ojos de cirujano, no de juez. Planta bien los pies en el suelo y da pasos enfocándote en el objetivo sin dejar de analizar el camino, aquí no importa tu reflejo en el espejo o las voces en tu cabeza.
Muchas empresas fracasan por culpa del orgullo y la falta de conocimiento, que juntos son receta perfecta para el tortazo.
Muchos consideran que los errores y los fallos son fracasos y tiran la toalla antes de tiempo (ya sea en formato cabreo o en formato drama existencial) en lugar de intentar nuevas estrategias.
Claro que la mayoría de las personas que lean el post de hoy considerarán que esto no va para ellas, obvio, pero en general todos tendemos a identificarnos con nuestro producto, muchos hasta el punto de que no hay diferencia entre lo que le pasa al producto y lo que le pasa al vendedor.
Así que mi bloggiconsejo de hoy es que antes de embarcarte en la empresa de vender lo que sea que quieras vender y aplicar todas esas reglas de marketing que se suponen matemáticas puras, quita de la ecuación todo lo que te entorpezca y, en muchas ocasiones eso somos nosotros mismos.
Te dejo con tus pensamientos...
Lou Retrohousewife