No sé si habéis oído hablar de los “libros de aeropuerto”, esos libros que te prometen el oro y el moro, que son súper inspiradores y que llenan los escaparates de las librerías de los aeropuertos: libros de autoayuda, de marketing fácil, de conseguir todo lo que quieres y cosas así…
No los he visto en ninguna otra librería… supongo que los libreros saben que cuando alguien va a coger un vuelo tiene ganas de algo nuevo, de retos, de éxitos y estos libros parece que encajan con el momento emocional de algunas personas.
Hace años tuve que esperar casi dos horas un vuelo que me tenía que llevar a Stuttgart y terminé comprándome el libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”. Me lo tragué en las dos horas y cuando regresé a casa me puse a hacer cuadros y notas y a poner en práctica muchas de las cosas que decía este libro y… ¡¡la verdad es que me ayudó mucho!!
Dicho esto, hoy quiero romper una lanza a favor de todas esas personas emprendedoras que a la vez trabajan o son amas de casa o tienen niños que cuidar y que por sus santas narices quieren (y a veces consiguen y otras no) llegar a todo. Porque sí se puede, sólo se necesita organización y motivación.
Estoy un poco cansada de escuchar a según que gurús de la emprendeduría o del bloggerismo decir la cantidad de horas que se invierten en levantar un imperio y de como es “normal” y “no pasa nada” si la casa está como unos zorros, si no dormimos lo suficiente o si comemos mal, porque en esta España del sacrificio y de la mentalidad de escasez nos han enseñado desde bien pequeñitos que no se puede tener todo, que hay que elegir.
El problema recae en que no nos enseñaron a elegir y cuando falta trabajo y hay miedo nos agarramos a hacer pasta como sea y a costa de lo que sea… y si es a costa de nuestra salud, de nuestro hogar y de nuestra familia nos frustramos y al final ni todo el dinero del mundo nos parecerá suficiente… bueno, pues no, hoy vengo a decirte que no hace falta, que te puedes relajar porque todo es cuestión de sacudirse la pereza y tener un buen sistema.
Los 7 hábitos que aprendí y que puse en práctica (en mi vida personal y en mi trabajo) de manera exitosa son los siguientes:
1. Proactividad: asumir la responsabilidad para hacer que las cosas sucedan, no sólo tomar la iniciativa sino perseverar de manera constructiva, sin dramas cuando no sale, buscando soluciones creativas siempre, sintiendo que tenemos el control sobre ciertas partes del resultado y aceptando a la vez que quizás no tenemos las herramientas. Esta aceptación nos ayuda también a encontrar rodeos o pedir ayuda en caso de necesitarla.
2. Comenzar con un fin en mente: hacer planes a largo plazo con pequeñas escalas o puntos de referencia. Si sabemos a donde vamos tenemos que trazar el camino y saber reconocer las pequeñas victorias que nos están llevando a donde queremos. Como las etapas en la vuelta ciclista. Paso a paso, sin prisa pero sin pausa.
3. Primero lo primero: una vez establecida la meta hay que diseñar un plan de acción y hacerlo de manera proactiva. Divide las cosas a hacer en cuatro grupos y ejecútalas en este orden: Importante y urgente, Urgente pero no importante, Importante pero no urgente y el resto.
Aquí el tema es saber qué cosa va dónde pero bueno, por si las dudas: pagar la luz si vas tarde es importante y urgente, ir a comprar el pan para la comida (y son las 14:30) es urgente pero no importante y alimentar cuerpo y mente es importante. Luego, comprarte un bolso nuevo o llamar a un colega para echaros unas risas iría en el último cuadro.
4. Pensar en ganar/ganar: estamos acostumbrados a pensar que para que alguien gane tiene que haber alguien que pierda y eso no es así. Generar relaciones donde todos se beneficien no es sólo posible si no que abre muchas puertas a nuevas oportunidades con el mismo resultado. Dar es más satisfactorio que recibir y si das y te entregas de verdad, con honestidad, el éxito está asegurado.
5. Primero comprender y luego ser comprendido: que nos da el ansia de que se nos escuche y nos perdemos la oportunidad de aprender de las experiencias de otros. Desarrollar el respeto por los demás sin sentir que sabemos más o que tenemos más experiencia, aunque sea verdad, nos da la capacidad de seguir creciendo como personas y como empresarios.
6. Sinergía: el trabajo en equipo es fundamental porque no caminas solo en tu empresa (aunque seas autónomo porque dependes de proveedores, distribuidores, consumidores, publicistas…) así que trabaja en equipo con todo aquel con el que debas relacionarte, piensa en eso de ganar/ganar y escucha antes de hablar.
7. Renovación: No dejes de estudiar, aprender, impregnarte de opciones aunque a priori no parezcan ser interesantes. Desconecta y renueva tu mente, el silencio y el descanso son parte fundamental de tu proceso de creación. No dejes de lado cultivar tu mente y tu cuerpo, eso entraria en el cuadro de Importante y Urgente (por si las dudas).
Yo lo primero que haría es el cuadrito de marras, que es lo que me ayudó más, pero seguir los hábitos por orden, reflexionar sobre ellos un poquito cada día y ver cómo nos pueden resultar útiles en todos los aspectos de nuestra vida nos convertiran en personas áltamente efectivas, llegando al final del día con la satisfacción del deber cumplido habiendo ahorrado en mal rollo, en tiempo y en dinero.
Sé que este post no parece sacado de una sección de marketing, pero os aseguro que administrar bien vuestras energías, prioridades y malos humores es la piedra filosofal del éxito en cualquier empresa.
Lou
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