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‘Marley’, la leyenda nunca muere

Publicado el 22 julio 2012 por El Ninho Naranja @NinhoNaranja
‘Marley’, la leyenda nunca muere22 jul 2012   ‘Marley’, la leyenda nunca muereFrancesc Bon
‘Marley’, la leyenda nunca muereArchivado en Críticas 1 comentario

Apenas somos treinta en la sala. Es miércoles, día del espectador, y la película se ha estrenado hace 12 días. El cine está en Gràcia, barrio barcelonés de profunda raigambre juvenil y alternativa. Entre el público algunos responden al perfil más arquetípico: rastas, motivos tricolores, aspecto ligeramente desastrado. Una lástima, que la figura de Bob Marley permanezca asociada a ese cliché: gente adormilada por el consumo de cannabis, miradas perdidas, paz y amor.

Vida y obra de Bob Marley, por Kevin MacDonald

Porque ‘Marley’ debería ser disfrutada por cualquiera a quien interese algo tanto buen cine como buena música. Un esplendoroso documental cercano a las dos horas y media que pasa en un suspiro. Una detallada cronología de testimonios de primera fila: su familia, sus amigos, sus músicos, sus productores, sus esposas y parejas. Cada uno de ellos aportando algo al conjunto. Con cuestiones técnicas, con comentarios jocosos. Revelando aspectos y construyendo, pieza a pieza, la imagen fiel: la del músico absolutamente genial que fue también una persona con aspectos personales lejos de ser virtud: ambiciones, tendencia a la infidelidad.

Mostrados con un enorme respeto; hablamos de un músico capital en la historia, cuya influencia persiste más de 30 años después de su muerte. Muerte, esta, acaecida cuando estaba en la absoluta cima del planeta, a nivel comercial y a nivel crítico. Sí, en 1981 el mundo estaba a sus pies. Bob Marley murió a los 36 años, y sus últimos cuatro discos, excepcionales todos ellos, habían sido auténticos hitos de repercusión global. Sus conciertos eran acontecimientos, era la respuesta de color a Dylan, era el primer icono global del universo rock procedente del tercer mundo. La única concesión al dramatismo son esos últimos quince minutos; las imágenes inéditas de un Marley devastado por el cáncer, su voz ya cansada intentando animar al ejército de seguidores. Emoción pura, que no sensiblería.

Un conocedor profundo de su obra (voy a considerar que yo lo soy) puede estimar que la selección musical se decanta algo en exceso por la obviedad y por temas conocidos de su última etapa. Que podría haberse aprovechado para mostrar algo las magníficas joyas que llenaban sus discos y no eran propiamente singles. Pero es posible que Kevin McDonald comprendiera que éste es un documental que podía  interesar incluso a quien no hubiera oído una sola nota de sus canciones. Marley es una magnífica oportunidad incluso para los completamente profanos. Que, viendo esta película, no solo oirán, una tras otra, monumentales canciones que fueron, a la vez, innovadoras y masivas. También conocerán al hombre hecho a sí mismo que puso a todo un país, un mísero país americano lleno de descendientes de esclavos africanos, en el mapa.

Marley, documental sobre el cantante jamaicano

Que consiguió que dos líderes políticos (curioso: ambos de raza blanca) enemistados (no por el diálogo político: prácticamente por la lucha armada) se dieran la mano en uno de sus conciertos. Que adquirió una mansión a escasos metros de la sede del gobierno, a la que daba acceso a toda clase de gente que acudía a pedirle la ayuda que él les ofrecía. Un icono musical, pero también un líder social, en una época en que ni se sabía lo que eran las ONG. Del lado de los débiles, del lado de la música. Hasta de ahí se pueden extraer lecciones. Un músico comprometido con su pueblo que fue más allá de conciertos benéficos y frases grandilocuentes, Que entregaba dinero en mano a quien lo necesitaba. Qué extraño suena todo eso en este cruel mundo de recortes y bancos rescatados y dinero evaporado no se sabe dónde.

No esperéis ni un minuto más para ver esta película.


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