En el Hollywood de los años 30, el detective privado Philip Marlowe es contratado por una mujer para investigar la muerte de su amante. El caso se complica rápidamente cuando por una parte surgen dudas respecto a si el fallecimiento del hombre fue real o fingido, y por otra la madre de su clienta intenta a su vez contratar a Marlowe para que abandone la investigación.
Philip Marlowe, originalmente un personaje literario creado por Raymond Chandler, es uno de los detectives legendarios del cine clásico y de los principales arquetipos del investigador privado duro, reservado, astuto, cínico, vestido con gabardina, conocedor de los viejos fondos y fiel a unos principios personales que no coinciden ni con la ley ni con la moral dominante. Humphrey Bogart lo interpretó en la obra maestra de Howard Hawks El sueño eterno (1946) y posteriormente, durante los años 70, Hollywood vivió una época de revival y de reinterpretación del cine negro clásico, de la que surgieron títulos como El largo adiós o Adiós muñeca, protagonizados también por Marlowe.
Neil Jordan, director de dilatada y muy heterogénea trayectoria, a caballo entre el cine comercial y el europeo y en la que predominan los thrillers y las películas de terror, ofrece una visión decadente del mito y nos presenta a un Marlowe maduro en medio del lado oscuro oculto detrás de los focos y del oropel del Hollywood de los años 30. Productores corruptos, mafias que regentan burdeles y damas de la alta sociedad que quieren tapar los trapos sucios familiares son el mundo dentro del que se mueve el detective, interpretado por Liam Neeson. La elección del actor no solo se debe a la experiencia de Neeson como estrella del cine de acción sino también a su condición de compatriota de Jordan, dado que el film es una coproducción irlandesa.
No solo el escenario de la historia tiene un sabor añejo, sino que la trama y los personajes, empezando por el protagonista, reproducen sin disimulo los clichés del género. La película no llega a situarse en la parodia ni en la deconstrucción narrativa, pero tampoco se puede decir que actualice el relato para adaptarlo a las convenciones narrativas de nuestra época. Estas medias tintas y la atonía de una dirección donde no existe ironía, ni nostalgia, ni tampoco ninguna mirada de ningún otro tipo sobre el relato que se narra, hacen difícil notar la mano del que fue uno de los directores más notables del cine de las últimas décadas. Marlowe es un producto más digno que el anterior trabajo de Jordan, La viuda (2018), un thriller psicológico que constituía una sucesión de tópicos más bien lamentable, pero evidencia la crisis creativa del director y produce una gran sensación de déjà-vu.
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- ##check## Lo bueno
- Un reparto lleno de estrellas, empezando por el protagonista, Liam Neeson, y siguiendo por secundarias de lujo como Jessica Lange o Diane Kruger.
- ##times## Lo malo
- La indefinición en el tono del relato.
La trama y los personajes están muy codificados y próximos al cliché; sin embargo no hay ironía ni tampoco nostalgia.
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- Intérpretes 7.0
- La principal baza de la película es el reparto y el trabajo de los intérpretes. Liam Neeson aprovecha su reputación de héroe de acción otoñal para dar vida al detective protagonista.
- Guion 5.0
- Todo en la historia suena a cliché e incluso los giros y las sorpresas son previsibles.
- Dirección 5.0
- Es complicado notar la mano de Neil Jordan, un director con mucha experiencia y grandes títulos en su haber. Aquí no acierta con el tono de una historia llena de clichés que no sabemos si debemos tomarnos en serio o en broma.
- Producción 5.0
- El diseño de producción evidencia que no estamos ante una película de alto presupuesto.
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- Puntuación Total 5 / 10
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