Revista Cultura y Ocio
Susan Edmonstone Ferrier es nuestra protagonista de hoy. Esta autora, llamada por algunos la Jane Austen escocesa, se haya tristemente relegada al olvido actualmente, sin apenas referencias en los cánones literarios imperantes. Quizá la causa se halle en las buenas escritoras de la época- la propia Jane Austen, Maria Edgeworth o Frances Burney, por ejemplo- que le hacen algo de sombra. Pero hay probablemente otras razones para ello. Una de ellas podría ser su exigua producción literaria, apenas tres novelas: Marriage, The Inheritance y Destiny, las tres publicadas originalmente de forma anónima- uno de sus mayores deseos fue siempre mantener cierto secretismo sobre su creación literaria- y que hoy son consideradas una trilogía en torno a la nación escocesa, la historia y la evolución de la conciencia femenina y el papel de la mujer. Susan Ferrier nació en Edimburgo el 7 de septiembre de 1782. Fue la más joven de los diez hijos del matrimonio formado por James Ferrier y Helen Coutts. Educada de modo privado, en casa, siempre vivió en su ciudad natal. Tras el fallecimiento de su madre- apenas contaba quince años- y los posteriores matrimonios de sus hermanos mayores, se quedó a cargo del cuidado de su padre y de la casa familiar. Falleció el 5 noviembre de 1854 en la misma ciudad que la vio nacer. Nunca se casó. Marriage, su primera novela, publicada en 1818 y a decir de los expertos la más divertida (a mí así me lo ha parecido y mucho) aunque no la mejor construida desde un punto de vista narrativo (evidentemente tiene sus pequeños deficiencias como veremos), se gestó como mera diversión entre amigas. Miss Clavering y ella planeaban, así queda recogido en su correspondencia, escribir una historia a cuatro manos. Decía la joven Susan en una de us misivas, "I do not recollect ever to have seen the sudden transition of a high-bred English beauty, who thinks she can sacrifice all for love, to an uncomfortable solitary highland dwelling among tall red-haired sisters and grim-faced aunts. Don't you think this would make a good opening of the piece? Suppose each of us try our hands on it." Y Marriage comienza exactamente así, con Lady Juliana, joven belleza de Londres, escapando del matrimonio que su padre, con sus arcas menguadas, quiere concertar con el Duque de L. Toda la simpatía del lector se vuelca con esta heroína que desea casarse por amor desoyendo las palabras de su padre, "There's no talking to a young woman now about marriage, but she is all in blaze about hearts, and darts, and -and- But hark ye, child. I'll suffer no daughter of mine to play the fool with her heart, indeed! She shall marry for the purpose for which matrimony was ordained amongst people of birth- that is, for the aggrandisemente of her family, the extending of their political influence- for becoming, in short, the depository of their mutual interest. These are the only purposes for which persons of rank ever think of marriage. And pray, what has your heart to say to that?" Huye con su amor, Henry Douglas, y poco después de la boda deciden buscar refugio y sustento en la casa familiar de él, en Glenfern, ya que su rico padre adoptivo le ha desheredado. Ya tenemos pues a la belleza de alta sociedad en un pequeño pueblo escocés, solitario y con numerosos y peculiares parientes a su alrededor. Habrá que ver si lo del amor en la pobreza y en la riqueza era verdad... Explora la autora en esta primera parte el contraste entre las costumbres y modos de la gente de la ciudad- inglesa además- y las del campo- escocés no olvidemos- con suma gracia. La abundancia de situaciones cómicas y los magníficos personajes que Ferrier crea en las figuras de las hermanas de Douglas y las tres ancianas tías solteras- Miss Jacky, Miss Grizzy y Miss Nicky- así como el personaje de Lady Maclaughlan son de lo mejor de la novela.
Pero la simpatía inicial del lector hacia Lady Juliana desaparece con su actitud y principalmente al dar a luz a un par de gemelas, Adelaide y Mary, de las que se desentiende. A su regreso a Londres deja a la más débil a cargo de un hermano de Herny y de su esposa y de las tres tías ancianas. Mary se cría feliz en un ambiente apacible, llena de virtudes morales. Ella es ahora la heroína de la historia aunque por momentos pueda parecer demasiado perfecta. Su prima Emily, con su carácter impetuoso resulta más atractiva y equilibra con su chispa la apocada, obediente y sumisa personalidad de Mary. Por su parte, Adelaide se cría en Londres con su madre, que reproduce en su propia hija los mismos errores de educación cometidos con ella convirtiéndola, como en un espejo, en una joven vanidosa, caprichosa y frívola. Al alcanzar la edad casadera Mary se traslada a Londres para reencontrarse con su madre y su hermana y vuelve a explorarse entonces, como ya comentábamos en lareseña de A Simple Story de Elizabeth Inchbald, el tema de "a proper education" para una mujer, muy recurrente en la época, a través del contraste entre una hija y la otra, entre un modo y otro de educar a una joven.
Hay final feliz en la historia, hay matrimonios y hay en las páginas de Marriage una historia muy entretenida. Si acaso, y como razón añadida para este pseudo-abandono en que se haya esta autora, se podría mencionar la frecuencia de juicios directos de la narradora faltos de tolerancia y empatía hacia sus propios personajes y la imperfecta construcción que mencionábamos al principio con el abrupto cambio de escenario y el abandono de personajes que parecía tendrían una mayor presencia en toda la novela. Son estos, de todos modos, aspectos insignificantes e insuficientes para desdeñar la novela y no animarse a dedicar unas horas a su disfrute. Porque el disfrute está garantizado. The Inheritance, su segunda novela, será mi próxima destino Ferrier. Pero eso ya será en el 2016... ¡Gracias por compartir!