Revista Viajes

Marruecos, día 6: fez asilah

Por Trotaburgos @trotaburgos

El despertador suena a las 7:00 horas. Duchas, recoger las mochilas y subimos a la azotea a desayunar. Nos lo sirven a las 8:45 horas así desayunamos deprisa y a las 9 y poco nos marchamos.

El camino ya nos lo conocemos, es todo cuesta arriba y empezamos a ritmo fuerte, ritmo que tenemos que frenar pues son unos 20 minutos hasta llegar a la puerta. La medina está empezando a despertar, son pocos los puestos que hay abiertos.

Al atravesar la puerta vemos un grand taxi pero nos cobra 50 Dh, subimos un poco más a ver si vemos alguno rojo de los pequeños y al poco aparecen 2. Nos llevan por 15 Dh. cada taxi. TIPS: recordar que en los pequeños solo pueden ir un máximo de 3 personas.

Nos recuerda a Pekín Express, con las mochilas, 2 en cada coche.... A las 9:45horas llegamos a la estación, compramos los billetes, 87 Dh. por persona en segunda clase y hacemos tiempo en una cafetería tomándonos unos smoothies por 20 Dh. cada uno, buenísimos.

Bajamos al andén número 2 y nos montamos en el tren, preguntamos a un revisor en que vagón nos tenemos que subir.

Va bastante lleno y no podemos sentarnos los 4 juntos, pero nos hacemos fuertes en el centro del vagón que hay mesas. A los pocos minutos arranca, 5 horas nos esperan hasta llegar a Asilah. Leyendo, escribiendo, jugando a las cartas, durmiendo y hablando hace que se nos pase el viaje que ni nos enteramos.

A las 15:10 horas llegamos a Asilah. Es una ciudad pequeña de unos 30.000 habitantes 45 km. al sur de Tánger. Ha sido una ciudad muy codiciada a lo largo de la historia, fue colonia romana y más tarde ciudad árabe, resistió a los normandos, antes de caer en manos de los españoles en el año 972. Luego pasaron los portugueses y volvió a caer en manos de los españoles en el Siglo XVII. Ha sido protectorado español hasta 1.956.

Nada más bajarnos del tren se nos acerca un señor ofreciéndonos alojamiento. La estación está a 2 km. del centro de la ciudad. Nos ofrece un alojamiento al lado de la medina por 200 Dh. 2 habitaciones dobles con desayuno y wifi y llevarnos hasta allí también incluido en el precio. Si no nos gusta le pagamos 20 Dh. por el trayecto.

Habla muy bien español y no nos da mala espina. Nos metemos el conductor, Abdel que es como se llama el dueño de la casa y nosotros 4 en un mercedes, vamos como sardinas en lata.

Es una casa normal de varios pisos y tienen habitaciones que alquilan. El sitio es muy sencillo con vistas al mar. Elegimos habitaciones y nos vamos para aprovechar las pocas horas de sol que quedan. Al bajar nos ofrece la cena por 50 Dh. por persona, sopa y ensalada y un tajine de pescado es lo que elegimos con agua y tés.

Tenemos algo de hambre ya que no hemos comido, hemos ido picando en el tren restos de cosas que llevábamos en las mochilas. Nos acercamos a la medina y entramos por la puerta Bab Homar o Puerta de Terra o Puerta de la Medina.

La medina de Asilah tiene 3 puertas de acceso, las otras dos son Bab El-Bahar o Puerta del Mar y Bab El-Kasba. Al ser una ciudad pequeñita es muy tranquila. Atravesamos la puerta y Cristina cambia algo de dinero en una oficina que hay a 1€=10,55Dh. Compramos unos frutos secos en un puesto mientras.

Caminamos por las callejuelas de la medina, nada tiene que ver con las medinas que hemos visto hasta ahora, son calles más anchas en general con casitas en tonos pasteles, casi siempre verdes y blancas o azules y blancas y con rincones muy chulos. En la plaza hay un torreón.

Hay algunas calles con tiendas pero son las menos y solo en la plaza nos han ofrecido algunas láminas de pintura y alguna cosilla de comer, en el resto no te dicen nada y la verdad es que se agradece ir paseando tranquilamente sin agobios. En esta misma plaza hay un café con terraza donde hay unos chicos tocando y cantando unas melodías muy bonitas, estamos un ratín escuchándoles.

Se nota que estamos en una ciudad costera pues hay mucha humedad en el ambiente. Nos acercamos hasta el mirador para ver el mar. Vemos un pequeño cementerio junto a él.

Seguimos recorriendo sus callecitas y mirando algunas tiendas de artesanía. Y volvemos al mirador par ver atardecer pero llegamos un pelín tarde, aun así tenemos unas bonitas vistas.

Pasamos por el palacio del bandolero Raissouni. Es un personaje mítico de Asilah, ladrón, asesino y secuestrador, que causó estragos a finales del Siglo XIX. Se hizo famoso al secuestrar al cónsul de Estados Unidos y a un periodista del Times. Los libero a cambio de un rescate de 14.000 dólares. Más tarde la población local le pidió ayuda para liberarse de la tiranía del pachá local. Raissouni cumplió tan bien su cometido que se convirtió en gobernador de la ciudad amasando de paso una gran fortuna.

Salimos por la puerta Bab El-Bahar para buscar algún sitio donde comer algo ya que dentro de la medina no hay nada. Pasamos por una tienda de fotografía y Cristina entra para verla. El chico muy majete se la enseña y hablan de las diferencias con la suya. Le preguntamos por algún sitio donde picar algo y nos recomiendo un restaurante que está cerquita. Nos pedimos 2 pizzas super ricas por 30 Dh. cada una.

Nos pasamos un buen rato charlando antes de volver a la casa. Una vez aquí descansamos un rato hasta la hora de la cena. La idea era hacerlo en la terraza pero hace un poco de frío y cenamos en la cocina. La sopa no nos ha hecho mucha gracia, el resto muy bueno. Hay un par de tíos fumando hachís, cosa normal en Marruecos, pues lo hemos visto en todas partes. Uno de ellos estaba en la cocina con nosotros que parecía el guardián, pues no se meneaba de la silla donde estaba sentado. Después de los tés nos han ofrecido cerveza a 20 Dh. la lata y nos hemos bebido alguna.

Mañana la idea era ir a visitar Larache y dormir allí pero nos acabamos de enterar que no hay estación de tren con lo que iremos a visitar la ciudad y regresaremos aquí a dormir.

Saludos viajeros.


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