Marruecos en moto. De Fez a Merzouga

Pista dirección Atlas

Llegábamos mientras desaparecían los últimos rayos de sol sobre las dunas del desierto. La arena cubría el asfalto en alguno de los tramos. No queríamos llegar de noche para encontrar el Riad fácilmente e incluso hacer una visita al pueblo.

Merzouga es un destino en Marruecos para todos aquellos que buscan una aventura en las dunas, entre la finísima arena del desierto a las puertas de Sahara.

Las rectas son interminables, y en una larga etapa desde Fes no son el mejor aliado del motero, ya que te hacen caer en la monotonía. Pero no sería así.

Vista de Fez desde el Riad

Esa mañana salimos de un soleado Fez, después del día anterior, pasado por agua y con mucho viento, siguiendo la carretera N8 hacia el sur. Dirección Ifrán. Cuando estas entrando en esta ciudad situada a unos 1.700 msnm piensas, estoy en África o por una curiosa razón estoy en Centro Europa? Su clima frío, hace que las edificaciones recuerden más a un pueblo de montaña de los Alpes que a una ciudad en el interior de Marruecos. Pero es que estamos en medio del Atlas, y aquí es donde los marroquíes vienen a practicar esquí.

Retomamos ruta por la carretera 707, íbamos dirección Midelt, aunque no haríamos noche allí. La 707, una carretera con asfalto irregular, baches y socavones, pero que merecía la pena sólo por ver a distancia las cumbres nevadas del Atlas. Eran kilómetros a la redonda rodeados de piedras y hierbas.

Carretera 707

Carretera N13

La 707, se cruza con la 503, y empezaba la fiesta. Curvas, el asfalto mejoraba, sin mucho tráfico en la dirección a Boulemane. Llegado un tramo la 503 se convierte en una pista, primero con tierra pisada y después, a trechos, de gravilla suelta. Ay, aquí ya entramos en materia, no querías offroad, pues toma! Sin curvas eso sí, era toda una llanura. Aprovechamos para algunas fotos, diversión sobre la moto y seguimos ruta.

Esta carretera 503 se cruza con la 13 y desde ahí llegamos a Midlet. Este trayecto nos regaló tramos de asfalto perfecto, curvas enlazadas y paisajes de desierto alternados con extensos palmerales en algunos pueblos. Esta fue una de las rutas más divertidas del viaje. Aunque las horas iban pasando y todavía nos quedaban kilómetros para llegar a Merzouga (y recordemos que no íbamos a conducir de noche). En mi mente, sólo se repetía como un mantra ni lluvia ni viento, porque ya había tenido suficiente el día anterior.

La carretera 13, tiene un tramo en la zona de Lkheng con vistas al embalse de Al-Hassan Addakhill, cerca de la localidad de Er-Rachidia. Perfecto para una parada y hacer fotos de un paisaje soberbio. Hay que tomárselo con calma.

Seguimos hacia el sur, y el sol se empezaba a poner por nuestra derecha. Se levantaba algo de viento, que provocaba que se cubríera el asfalto con la fina arena del desierto (ideal para algún derrape, así que algo peligroso).

Ya desde Risani, continuamos por la N13 hacia la localidad de Merzouga, así que no teníamos pérdida porque está perfectamente indicado.

Aquí es donde las largas rectas, en medio de la nada, te permiten disfrutar de un viaje en moto hacia el desierto. En los laterales de la carretera surgen infinidad de pistas que se adentran hacia pequeñas montañas, caminos de piedras y arena que permitían a los endureros disfrutar como locos. Lástima que ya íbamos con el tiempo justo…

Llegamos cuando ya había anochecido al Riad Ali, donde nos recibieron con la amabilidad habitual y un sabroso y dulce té con frutos secos.

Localizado al borde de las dunas, este Riad es perfecto para descansar, tanto nosotros como las motos después de una larga jornada. Encantadores y amigables, estuvimos como en casa. El único inconveniente, al estar tan pegado a las dunas, es que lo primero que oyes por la mañana, antes de que el calor apriete, es el ruido de los motores de buggies, quads o motos.

Habían sido 490km que necesitaban de una provechosa reflexión para recordar tanta variedad de paisajes y carreteras. Por supuesto acompañados de unas buenas cervezas.

Porque el día siguiente, era la “etapa reina” del viaje, Atlas, Todra, Dades, destino Ouarzarzate. Pero eso ya será otra historia.