Revista Historia
Dos blogs se hacen eco estos días de la firma de un tratado de amistad entre dos estructuras masónicas un tanto especiales, los Grandes Capítulos de España y Marruecos*. Los espacios a los que me refiero y en los que el lector podrá encontrar una mayor información son Mandiles Azules y El Masón Aprendiz. En esta última página -probablemente la más leída de cuantas se elaboran en nuestro país consagradas a la actualidad masónica-, además resalto el detalle que considero muy acertado de volver a publicar la conocida Carta de Lisboa, firmada de común acuerdo el pasado mes de abril por dieciocho grandes capítulos. En su momento también nos hicimos eco en Memoria Masónica del contenido de aquel documento, algo que recuerdo con una especial satisfacción.
Muchas de las personas que nos leen se encontrarán con la palabra "capítulo" por primera vez. Casi con total seguridad esas personas tendrán una referencia más o menos clara de lo que es una logia, o de lo que es el Rito francés o Moderno, pero no así de en qué consiste un "capítulo". Muy, muy a grandes rasgos y para entendernos, podría decirse que hablamos de una estructura que agrupa a personas integradas ya en logias, que tienen una cierta antigüedad en su militancia masónica, y que, provenientes las más de las veces de talleres diferentes -y hasta de obediencias también distintas (en el caso de España del Gran Oriente y de la Gran Logia Simbólica)- se agrupan para compartir el fruto de un trabajo intelectual y filosófico. Se trata de otra dimensión del trabajo masónico, el hogar de esos famosos altos grados (aunque en el caso del Rito francés la denominación histórica y correcta es "órdenes de sabiduría") a los que las fuentes antimasónicas atribuyen disparatadamente el más alto nivel de misterio conspirativo. Del mismo modo que las logias que comparten unas determinadas señas de identidad, una historia o unas características comunes, se agrupan bajo las estructuras "federales" que denominamos obediencias, los capítulos hacen otro tanto. La entidad "federativa" bajo la que se produce ese agrupamiento recibe el nombre de Gran Capítulo General.
La noticia con la que encabezaba esta nota se refería a un particular tratado de amistad suscrito por dos Grandes Capítulos: el de Marruecos y el de España. Ambos tienen una nota característica que comparten con otros quince grandes capítulos y que ha de resaltarse, la legitimidad: Ambos han recibido la Carta Patente del Rito Francés de manos del único Gran Capítulo que puede conferirla, adscrito a la Obediencia que en el Siglo XVIII asumió la codificación y sistematización del Rito Francés, el Gran Oriente de Francia. Debería además decirse que existe otro elemento que acerca a ambas organizaciones: su juventud. España cuenta con un Gran Capítulo General desde hace un año; Marruecos desde hace poco más. En ambos países se ha iniciado un actividad intensa encaminada a lograr más que la expansión -no me gusta tal expresión - la consolidación de un sistema cuya finalidad es el enriquecimiento intelectual de quienes lo integran, huyendo de confrontaciones absurdas y ajenas por completo al ideal que encarna la francmasonería.
De la misma forma que la Carta de Lisboa marcó un antes y un después y materializó la unión de esfuerzos muy diversos en pro de la universalización de un trabajo y de una determinada sensibilidad masónica, la suscripción del Acuerdo de Amistad entre dos Grandes Capítulos, asentados en dos países vecinos con una particular relación a lo largo de la historia, me parece una extraordinaria noticia, más por lo que puede significar en el futuro que por lo que pueda implicar con carácter inmediato. Sigamos sordos frente al ruido como hemos hecho hasta ahora. Limitémonos a trabajar.
* Sitio web de la Gran Logia de Marruecos
Et si omnes, ego non.