Fecha del viaje: Diciembre 2010
Para Fin de Año decidimos pasar unos días en Tánger con unos amigos Es ésta una controvertida ciudad, agazapada todavía en el tiempo y a la vez moderna. A día de hoy aún conserva un encanto especial por ser cuna de escritores y artistas que pasaron y vivieron en ella.
Nos alojamos dos noches en el Riad Tanja http://www.riadtanja.com/ un pequeño alojamiento con tan sólo siete habitaciones cómodas, ubicado justo al lado de la Medina.
Después de despedir el 2010 con un grupo de músicos, al día siguiente nos fuimos a recorrer la Medina, una de las más grandes del país y que nos llamó la atención por sus calles estrechas pintadas de colores e infinitos recovecos por lo que es fácilmente perderse, pero gracias a la amabilidad de la gente que en muchos casos se dirigían incluso en español, nos ayudaban a salir del “atasco”.
Había casas típicas con sus jardines y miradores con algunas vistas al mar desde donde se veía el Estrecho de Gibraltar y Tarifa.
En el Zoco Grande encontramos puestos de vegetales, carne, incluso cabezas de camello, mercado de pescado y diversas mezquitas como la Gran Mezquita o la de Sidi Bu Abid.
En la calle principal de la parte nueva, en el Boulevard Pasteur, tocando al paseo marítimo, se encontraban diversas agencias de viaje donde vendían los trayectos en ferry hacia España.
Pasamos por la Iglesia de Saint Andrew donde se ubicaba un pequeño cementerio entre los que yacía algún personaje famoso. Pregunté al cuidador que vivía allí si se encontraba la tumba de Paul Bowles pero comentó que su familia decidió incinerarlo y finalmente tiraron sus cenizas al mar, tal como él deseaba.
Visitamos el interesante Café Haza construido de forma escalonada mirando a la costa, y el Café Colón, así como el mítico Hotel Minzah donde se alojaron personajes famosos como Rita Hayworth , Churchill...etc. A unos cuantos metros del Café Haza se encontraba una necrópolis púnico romana.
El Café Colón y El Hotel Minzah aparecen en la película de Bertolucci “El cielo protector”, basada en la novela de Paul Bowles, incluso él mismo áparece en ella sentado en el Café Colón como narrador de la historia.
El controvertido escritor vivió en esta ciudad durante décadas y dedicó gran parte de su vida a viajar por Marruecos y estudiar su folklore, además de traducir a autores marroquíes dado su alto conocimiento del árabe.Sus novelas y relatos son realmente recomendables, y mucho más si uno viaja a Marruecos para impregnarse de los momentos de aquella época.
La gastronomía árabe es deliciosa, probamos la harira, que es una sopa contundente de tomates, carne y legumbres, el famoso cous-cous, el tajin de pescado, el té a la menta que se sirve a todas horas y es delicioso elaborado con menta fresca y añadiendo bastante azúcar…
Así que embelesada mirando al mar con un té a la menta y contemplando el ambiente es fácil dejarse llevar por la imaginación sin rumbo por Tánger.