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“Mi vida es aburrida. Soy un tipo normal, ¿por qué no donarme a mí mismo?”; “No tengo ninguna razón poderosa para vivir en la Tierra. No dejaría nada atrás”; “Echaré de menos las playas, la nieve, la naturaleza. Pero no echaré de menos a la gente”; “Espero que no sea un suicidio, pero si resulta serlo, aún tengo diez años para vivir en la Tierra”; “¿Cómo reaccionarías si tu marido te dijera: me voy a Marte, es un viaje de ida, no voy a volver?“, dice la madre de sus cuatro hijos. Son testimonios de los voluntarios del programa Mars One, recogidos en el documental “Mars One Way”.
Seguro que todos conocéis el proyecto Mars One. El año pasado ocupó todos los titulares cuando su CEO Bas Lansdorp, al frente de la compañía privada holandesa, anunció que buscaba voluntarios para viajar a Marte. A pesar de que no habrá billete de vuelta para los aventureros espaciales, se inscribieron nada menos que 200.000 candidatos, de los cuales ya se ha seleccionado el primer millar que continuará en el proceso. Entre ellos se encuentran cinco españoles como Juan José Díaz-Guerra o Nuria Tapias .
Un reality de dimensiones espaciales
Para los holandeses, padres del reality show, la vida en directo no tienen límites. ¿Recordáis cuando en 2005 emitieron un parto en directo en la casa de su Gran Hermano? Por eso, no es de extrañar que la propuesta para obtener los 6.000 millones de dólares necesarios para financiar Mars One, sea crear un programa televisado de principio a fin: desde el “casting” de astronautas hasta su posible convivencia en Marte.
De prosperar la iniciativa —porque no faltan los recelos—, en 2023, cuatro terrícolas viajarán por el espacio con la misión de instalar hábitats sostenibles a los que cada 2 años se irán sumando nuevos colonos.
No pretendemos entrar en ningún tipo de juicio o debate a diez años de la misión, lo que ha llamado la atención de El Octavo Sabio es un cortometraje documental presentado por la productora Vita Brevis Films. Este trabajo se centra en las motivaciones de los voluntarios para embarcarse en semejante proyecto. Escalofriante. Es desolador no encontrar en casa razones para querer habitarla: “es un drama tener que elegir entre tus hijos y Marte”, dice un padre dispuesto a alejarse para siempre de su familia. “Mi vida es aburrida. Soy un tipo normal. ¿Por qué no donarme a mí mismo?”; “No tengo ninguna razón poderosa para vivir en la Tierra. No dejaría nada atrás”; “Echaré de menos las playas, la nieve, la naturaleza. Pero no echaré de menos a la gente”; “Espero que no sea un suicidio, pero si resulta serlo, aún tengo diez años para vivir en la Tierra”…
Siento tristeza por la carencia de razones y arraigo que experimentan estas personas hacia su hábitat social, racional y natural. ¿En qué nos estamos convirtiendo? ¿En marcianos?
Mars One Way from VITA BREVIS FILMS on Vimeo.