Revista Cine
Creador: Dan Franck
"Marseille" es la primera serie francesa hecha por Netflix, oscura entidad empecinada en dominar el mundo a través de la capitalización de la evasión, justo cuando los espectadores están con el culo al aire, con la guardia baja, y así los contenidos de dudosa calidad hacen de cortina de humo para un modelo que querrá controlar cuanto contenido se le ocurra. ¿Supieron que Netflix ahora sumó a la India como otro punto más dentro de su perversa red? Como sea, parece que Netflix no ha invertido tanto en Francia, digo, las críticas han sido bastante malas; parece que es más fácil asegurarse comentarios buenos en gringolandia, o mejor dicho, puede que sea más fácil comprarse a los críticos gringos. No cesaré en mis afanes paranoicos contra Netflix, que conste, y "Marseille" es otro ejemplo que el contenido original de estos estafadores es puro bombo. Ésta se hizo simplemente por negocios, no integridad artística, lo que se nota en el resultado final.
"Marseille" es una serie muy mala; mal escrita, mal dirigida (horriblemente dirigida) y mal actuada. Curiosamente, la trama que se nos "narra" me importa un demonio, pero lo que me mantenía relativamente atento o interesado (vaya uno a saber) al ridículo devenir argumental era el personaje de Gérard Depardieu, que acá es el alcalde de Marsella. Supongo que mi interés en él se da por varios motivos: primero, que Depardieu está de cumpleaños el mismo día que yo, y eso ya me genera enormes simpatías para con él, sin mencionar que es un tremendo actor; segundo, el tipo tiene carisma y genera un inevitable y delicioso candor humano, como si fuera un osito de peluche al que abrazar; tercero, que su personaje es un político bueno, honrado, o al menos honesto en sus intenciones. El tipo de verdad quiere lo mejor para su ciudad y todos sus actos se ejecutan en pos del bien común; el poder no lo tienta, no lo ha corrompido, si bien es obvio que debe jugar el sucio juego de la política más asquerosa y repugnante. Ver a una persona tan íntegra rodeada de tanta mierda es un tanto desalentador, y la única razón para ver los episodios era el deseo de que, ojalá, pudiera vencer a sus rivales. El resto es pura basura sangrante.
¿De qué trata esta bazofia? Depardieu es el alcalde de Marsella, pero no por mucho tiempo más, toda vez que las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina. El alcalde tiene un protegido: Lucas Barres, en quien confía plenamente. Sin embargo, Barres traiciona a su mentor, y éste no lo aceptará, pero no por ego sino porque se da cuenta de que tras su ex-protegido se esconden oscuros intereses. Vaya sorpresa.
Podríamos decir que "Marseille" se configura como un thriller político, ya saben: nadie sabe para quien trabaja; exponer los tejemanejes de la farándula política, los trapos sucios; las dinámicas y mecánicas del poder; etc. La moral es algo esencial, pero la serie carece de tratamiento moral; todo es plano y vacío a rabiar; todo es tópico y típico, nada original, una copia vista un montón de veces antes. El malo es malísimo y nunca cambia, no tiene matices ni capas ni nada; no hay evolución en el relato, en el fondo todo permanece igual, es estático. Finalmente lo único que vemos son unos movimientos y ataques y pésimos diálogos. El entramado argumental no es mucho mejor, pues si los personajes principales no están bien definidos (más allá de la impecable interpretación de Depardieu, lo único bueno de esta basura), los secundarios son aún peores e igualmente sus tramas, cómo no. Lo peor es que todos se conocen o relacionan de alguna manera: "Marseille" es el típico thriller con un guión preciso como un reloj, en donde todo se acopla a la perfección con todo, como si tal cosa fuera motivo de elogio o asombro; si no fuera tan preciso podría tener su punto, pero acá es tan pero tan forzada toda relación que uno no se cree ni papa: todo es artificial, de cartón, se nota que no es real. Además los conflictos brillan por lo soso y predecibles que son, y también por lo fugaces y poco solventes, consistentes. El conjunto es cojo, blando, débil... es horripilante. La trama de la hija del alcalde y su triángulo amoroso con dos ladrones de poca monta es de lo más patético y sonrojante que he visto en mucho tiempo. El gran secreto del alcalde y de Barres es increíblemente forzado e inverosímil. Y lo relacionado a la esposa del alcalde roza el absurdo más degradante posible. Y para qué continuar con esta penosa trama... En cuanto a la dirección, poco que decir: pretende ser asfixiante, oscura y adulta, pero acaba siendo falsa, impostada, qué sé yo. Lo que causa es hartazgo, sopor, ira. La banda sonora es un asco.
Lo rescatable es que sus escasos ocho episodios duran una media de escasos 38 minutos, así que el suplicio tampoco es tanto. ("Jessica Jones" tiene 13 episodios de 50 minutos... hay que tener una fuerza sobrehumana para poder ver semejante bodrio. Yo voy en el episodio 4 y siento que no doy más). Hace poco se renovó a "Marseille" por una segunda temporada. Cuánta injusticia en el mundo.