Revista Coaching
Martes con mi viejo profesor. Mitch Albom
Edit. Maeva.
"A veces, por la mañana, es cuando más me lamento. Me palpo el cuerpo, muevo los dedos y las manos, en la medida en que todavía puedo moverlos, y lamento lo que he perdido. Lamento el modo lento e insidioso en que me estoy muriendo. Pero, a continuación, dejo de lamentarme. Me permito un buen llanto si lo necesito, pero después me concentro en todas las cosas buenas que me quedan en la vida. En las personas que vienen a verme, en las anécdotas que voy a oír, en tí si es martes,... Esa es toda la autocompasión que me concedo. Una poca por las mañanas, algunas lágrimas, y eso es todo. Es horrible ver que mi cuerpo se va consumiendo lentamente hasta quedarse en nada. Pero también es maravilloso, por todo el tiempo de que dispongo para despedirme. No todos tienen tanta suerte."
Mitch es un periodista obsesionado con su trabajo, con problemas familiares (no se habla con su hermano que tiene cáncer de páncreas) y cuyo principal objetivo es ganar mucho dinero y aparentar una juventud de la que carece. Un viernes por la noche, haciendo zapping se encuentra con la entrevista a su antiguo profesor de la universidad, Morrie Schartz, del que había perdido la pista pese a haberle asegurado que seguirían en contacto. Se entera a través de la televisión que Morrie padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad mortal que acabará con su vida en algo menos de dos años.
Es entonces cuando Mitch decide ponerse en contacto con él y visitarle cada martes en su casa. Las conversaciones de esos encuentros se van recogiendo en el libro. Junto con recuerdos de la universidad (su primera clase, su primera comida, su primer amor...) Morrie va haciendo que Mitch piense en los temas que realmente importan en la vida. Los que desde la delicada posición de Morrie, a meses de dejar este mundo, cobran sentido auténtico, importante e imprescindible: la muerte, la vejez, la familia, la comunidad, el matrimonio, etc.
Gracias a la presentación sencilla amena y práctica del viejo profesor, Mitch va cambiando su forma de pensar y de afrontar la vida.
Todo un canto a la alegría, a la vida y a la necesidad de disfrutar de todos y cada uno de los pequeños momentos de felicidad que se cruzan en nuestro camino.