Hoy es el último martes parlanchín del mes y aquí estoy para contaros todo sobre la foto del pasado miércoles mudo.
Como bien habéis dicho muchos se trata de Doña Rosa, la madre de mi suegro. Fue la matrona de mi pueblo durante varias décadas. Una gran profesional, persona y señora.
Algunos comentarios sobre doña Rosa
Fue una mujer muy fuerte y valiente en su época. Estudió la carrera de matrona tras quedar viuda después de la guerra con cinco hijos, el menor con dos años. Era una mujer muy inteligente, educada, servicial y todo lo que habéis dicho de ella.
Yo la recuerdo cuando iba a la perfumería que tenía mi padre cuando yo era pequeña a comprar su perfume y sus cosméticos. Me llamaba mucho la atención, no sé por qué, pero tenía algo que me llamaba siempre la atención. Siempre tan arreglada y sonriente con sus labios de rojo y su piel blanquita. Quién iba a decir que con el paso de los años me iba a casar con uno de sus nietos.
Doña Rosa con algunos de sus nietos (mi marido es el pequeñito ;) )
Hoy hablamos mucho de la conciliación familiar, pero imaginaos lo que debió ser para esta gran mujer sacar ella sola a sus cinco hijos para adelante, en la post guerra, trabajando, dándoles estudios y una gran educación sin los medios y facilidades que hay ahora. Enfrentándose a un mundo de hombres donde las mujeres solo tenían que quedarse en casa cuidando de los hijos y del marido.
Bueno, sabéis que no me gusta enrollarme en los martes parlanchines, pero hoy la ocasión se lo merece, es como un pequeño homenaje a esta gran mujer.
Besos y hasta el próximo día.