Revista Religión

MARTÍN DE PORRES, SANTO DE AMÉRICA. Celia CUSSEN

Por Joseantoniobenito

MARTÍN DE PORRES, SANTO DE AMÉRICA. Celia CUSSEN

MARTÍN DE PORRES, SANTO DE AMÉRICA

CUSSEN, Celia, IEP, Lima,  2016,  31 pp

Basta con ver el índice para comprobar que nos encontramos ante un libro fundamental en la abundante bibliografía del querido santo mulato, donado dominico, peruano universal. Obra muy elaborada, macerada en el tiempo de trabajo (desde 1983), las fuentes (Perú, Europa), las personas consultadas y colaboradoras.

En la lista de ilustraciones figuran 17.

En los "agradecimientos" se brinda un generoso repertorio que cuenta con los máximos especialistas sobre el Santo, así como los responsables de sus archivos, bibliotecas, museos, templos, dominicos, hermandades, asociaciones.

Tres valiosos apéndices: Apéndice 1. Análisis del proceso diocesano para la beatificación de Martín de Porres, 1660-1664. Apéndice 2. Análisis del proceso vaticano para la beatificación de Martín de Porres, 1679-1685. Apéndice 3. Análisis de los milagros póstumos declarados en el proceso vaticano, 1679-1685 Bibliografía completa articulada en archivos, periódicos, fuentes primarias, fuentes secundarias, (pp.288-310)

Les comparto la excelente síntesis que-presentación de la contraportada: "Es difícil señalar con exactitud cuándo comenzó el culto de Martín de Porres (1579-1639), pero para el momento de su exhumación en 1664, en el convento dominico de Nuestra Señora del Rosario, muchos residentes de Lima ya consideraban al piadoso sirviente del convento un santo local. Una orden papal de varias décadas atrás prohibía a los limeños no solo erigir un altar donde sus seguidores pudieran recordarlo y rezarle, sino también colocar su imagen o hasta una vela en el sitio donde estaba enterrado. A pesar de ello, la fama de Martín se había extendido rápidamente. Su popularidad había persuadido a los dominicos de llevar sus restos a la capilla recién construida en su celda en la enfermería del convento, debajo de un altar dedicado al ícono central de la cristiandad, particularmente apreciado por fray Martín: la Santa Cruz. El estudio de Celia Cussen se prolonga más allá de la muerte de fray Martín de Porres para reconstruir su vida póstuma. Se extiende hasta mediados del siglo XVIII, cuando el Vaticano lo reconoció como un héroe de virtud y lo designó un venerable de la Iglesia. Continúa hasta su beatificación en 1837 y su canonización en 1962. Por definición, una biografía es la historia de la vida de una persona hasta el momento de su muerte. Con Martín, la autora ha elegido desviarse de la norma para trabajar con un marco temporal que se extienda más allá de su vida natural. Pues no fue sino hasta los años posteriores a la muerte de fray Martín, que la comunidad de devotos elaboró y expresó su comprensión de lo que significaba para ellos su vida y su intercesión desde el cielo".

Comienza con la "Introducción" en la que la autora –de modo poético y bello- nos da cuenta de lo que ha pretendido –y a mi juicio ha logrado plenamente-: analizar "la vida y trascendencia de un hombre santo, en un contexto de complejos y dinámicos culturales y sociales. Rastrea los comienzos del culto a fray Martín de Porres y da cuenta de su desarrollo, pero también examina esta devoción como un lente a través de la cual se puede apreciar más de cerca y de un modo más claro, algunas nociones de la fe y la sociedad en el mundo colonial " (p.17) . Por último, muestra cómo el culto se arraigó con el tiempo, tanto en Lima como en el Perú y "de qué modo el impulso final para canonizar a fray Martín se vinculó con la lucha por la justicia racial en el siglo XX, especialmente en los Estados Unidos.

En la PRIMERA PARTE. LA VIDA:1. Orígenes 2. El mundo del convento colonial 3. Fe y sanación 4. La muerte y el tránsito celestial

SEGUNDA PARTE. LA TRANSCENDENCIA 5. De una vida a una leyenda 6. Los milagros
7. Imágenes en blanco y negro  8. El santo universal

Conclusión. "El culto de los santos es una ventana al imaginario de una sociedad católica y, en el Perú colonial, el lenguaje verbal y visual del barroco expresó ese imaginario con una intensidad y dramatismo insuperable" p.265

Gracias a la autora por tanto tiempo, tanta ciencia y tanto afecto para brindarnos una obra de categoría científica, nada que ver con la facilona hagiografía y mucho con la difícil biografía de un personaje en carne y hueso –pero con espíritu- bien contextualizado en el espacio, en el tiempo y en el imaginario sociocultural que le tocó vivir. 


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