Título: Martyrium
Autores: Nieves Abarca y Vicente Garrido
Editorial: Versátil
Género: novela negra, policíaca, thriller
Páginas: 440
Publicación: 27/5/2013
ASIN: B00D2CQV2E
Cuando la magistrada Rebeca de Palacios recibe un extraño correo enviado por un desconocido, todo su mundo se tambalea: su hija Marta, una joven estudiante de Arte Dramático, ha sido secuestrada en Roma, y Rebeca ha de declarar inocente al hombre al que dentro de poco va a juzgar, o Marta morirá. La inspectora de la Policía Nacional Valentina Negro, amiga de la infancia de la magistrada, se ve obligada a ir a la Ciudad Eterna en una misión personal para liberar a Marta. Pero en Roma no solo hay un secuestrador, también hay un asesino apodado «Il Mostro», que ha conmocionado la ciudad durante los helados carnavales. Mientras Valentina está en Roma, el criminólogo Javier Sanjuán acude también a la ciudad invitado por Alessandro Marforio, el millonario hermano de una de las supuestas víctimas de «Il Mostro» para que le ayude a capturar al asesino de forma extraoficial. Sanjuán y Valentina se verán envueltos en una intriga endiablada en la que confluyen el Vaticano, el mundo de la política y los hombres y mujeres sin escrúpulos.Me encantó Crímenes exquisitos así que cuando Libros que hay que leer nos invitó a continuar la saga leyendo Martyrium, no me lo pensé y me lancé de cabeza. La verdad es que luego me descolgué bastante de la lectura simultánea porque no pude leerlo al ritmo que me hubiera gustado y, a pesar de que me estaba encantando, tardé más de dos semanas en acabarlo. Si es que las semanas cercanas al Día del Libro fueron estupendas para mí (tuve mucho trabajo, sí, pero eso es estupendo, ¿no? Sobre todo cuando te dedicas a realizar actividades de animación a la lectura).
Lo primero que me sorprendió de esta segunda entrega protagonizada por la inspectora Valentina Negro y el criminólogo Javier Sanjuán es que estos dos personajes principales tardan muchísimo en aparecer y más aún en verse. Con ello, creo yo, rompen con uno de los mayores clichés del género: si la saga lleva tu nombre, eres protagonista absoluto. Y aquí sí lo son, pero hay mucha más tela que cortar. La presentación del caso (de los casos, mejor dicho, puesto que hay dos psicópatas actuando en Roma y los policías que investigan las muertes no acaban de aclararse sobre si son obra de una o de dos personas) nos lleva a conocer a los nuevos personajes de esta entrega: Rebeca Palacios, su hija Marta, Patrick Doyle, Esposito Ranucci, Ada Casali, Enzo Ferreti, Bruno Barberini, Giovanni Nero, Rajiva, Guido Barone... Tal cantidad de personajes conlleva un buen número de escenarios y de subtramas, entre las que no faltan la explotación sexual (incluso la venta de mujeres y/o de su virginidad), la corrupción policial, el secuestro, la extorsión, el funcionamiento de la justicia, los encuentros sexuales, el chantaje, la violencia y, por supuesto, los asesinatos. A todo ello hay que sumar, además, todo lo relacionado con el mundo del arte, en este caso, religioso y la vinculación entre lo que está pasando en Roma con lo que pasara en Galicia y Gran Bretaña en la entrega anterior.
El resultado no podía ser otro que un thriller, auténtico page-turner, en el que no hay un minuto de tregua. La novela se aleja, así, del 'tempo' del género negro o policíaco para sumergirnos en una historia trepidante donde el cambio de escenarios, de tramas y de personajes es continuo. Porque a todo lo dicho hasta ahora hay que sumarle otro de lo que parecen ser los sellos de identidad de Abarca y Garrido: el dedicarle tiempo a las víctimas, darnos a conocer algo de ellas, aunque sea brevemente.
Y todo ello, claro, sin olvidar a los personajes y tramas de Crímenes exquisitos que vuelven en Martyrium para ofrecernos una suerte de duología que completa los argumentos que quedaron en suspense tras el final (de infarto) de la primera entrega. Así, Pedro Mendiluce, Lúa Castro o Christian Morgado vuelven a tener su importancia en lo que ocurre en esta novela, todos ellos de forma determinante.
Además de mantener ese sello de identidad del que hablaba antes y esos personajes que ya conocemos bien, Abarca y Garrido recuperan de su primera intriga el contenido artístico, las performances criminales y el efectismo en la puesta en escena de los crímenes, así como la atmósfera general de violencia, oscuridad, muerte y sexo.
Sin embargo, creo que Martyrium es superior a Crímenes exquisitos, sobre todo porque he tenido la sensación de aquí está todo más atado, más concentrado, con menos idas y venidas (y sin muchas de las pegas que le puse al primero). Así pues, no puedo más que recomendar esta segunda entrega, sobre todo si ya has leído la primera. Ahora ya solo me queda disfrutar de la tercera entrega, El hombre de la máscara de espejos, cuya línea argumental ya se anuncia en el final de infarto de este Martyrium.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 25 españoles: 25/25
- Reto Leemos en Digital: 8/12