Miércoles, 1 de diciembre de 2010
Nueva incursión de Marvel en los años treinta. Y de nuevo, el protagonista es la versión de nuestro Trepamuros en la época prebélica de los años posteriores a la Gran Depresión y el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Nuestro Peter Parker, tan igual y tan distinto en cada nuevo universo o realidad que Marvel nos muestra, se mete de lleno en nuevos problemas.
Tiene la visita al Nueva York de los clásicos del cine negro algo de especial. Marvel, en el intento de llevar a sus personajes a otros escenarios, nos muestra los clichés que funcionaron en la novela y cine llamado noir: El héroe rebelde, el hampa, la chica peligrosa pero de gran corazón…todo conforma un nuevo universo. ¿Funciona?; A veces si y a veces, no. Pero en su gran mayoría es entretenido, lo que no es nada a desdeñar. En una época en la que Spiderman se va a meter de lleno en Big Time o en su supuesta muerte, ver otras realidades casi hasta viene bien. Si el personaje clásico se estrangula a sí mismo en un intento de mostrar algo nuevo, su versión noir apenas ha comenzado a caminar, por lo que tiene todo a su favor, siempre y cuando que el guionista entienda que no debe repetir lo ya visto en el Universo tradicional.
Como ocurrió en el primer tomo, tenemos a David Hine y Fabrice Sapolsky al guión, acompañado de Carmine di Giandomenico en el dibujo. Las portadas, por su parte, corresponden a Patrick Zircher. Guión que toma a personajes del Universo tradicional y les pone en situaciones muy distintas y a la vez muy parecidas a las conocidas. Si teníamos a Felicia Hardy o a la Tia May, en esta ocasión recupera a villanos como Otto Octavius o el Doctor Connors. Ambos, a los que tenemos muy vistos después de tantos años, parecen mucho mas interesantes en Los Ojos sin Rostro, sobre todo por las implicaciones de sus investigaciones y sobre quienes las realizan. Todo un tema de los llamados “polémicos”, el que tocan los guionistas en la historia.
En lo que se refiere a la historia, tenemos de nuevo a Peter Parker en busca de problemas. Pero esta vez se mete de lleno en algo mas grande que el conocer al nuevo jefe del hampa. Todo ello, aderezado con la pasión entre Parker y Felicia o la aparición de Mary Jane, quien seguro busca algo mas que repartir comida en el comedor de la beneficiencia. Entre tanto, el hijo de Robertson, busca descubrir qué se esconde tras los experimentos de Otto Octavius. La verdad, le saldrá muy cara no solo a nuestro héroe, sino Felicia y al propio Robbie Robertson.
Los Ojos sin Rostro, vuelve a suponer un soplo de aire fresco a quienes soportamos los vaivenes de la serie regular de Spiderman. Aquí tenemos algo nuevo, que ya veremos como acaba pero que acaba entreteniendo.