Revista Cine
Creadores: Christopher Markus & Stephen McFeely
Son curiosas las razones por las que uno se acerca a determinadas obras audiovisuales, y lo digo a propósito de "Marvel's Agent Carter", la que no me atraía demasiado, primero porque no soy un erudito del universo Marvel -ni siquiera estoy mínimamente informado-, y segundo porque su casa televisiva es la NBC o CBS o ABC -algo así-, cadenas que suelen someter sus series a una corrección política que entorpece los fondos y formas desplegados. Pero al final caí vencido por el simple hecho de que esta primera temporada tiene ocho episodios -una verdadera sorpresa para mí, pues pensaba que iba a tener sobre veinte, como "Marvel's Agent of SHIELD"- de cuarenta minutos de duración: "puedo hacerlo", me dije. Y lo hice y me siento satisfecho, pues "Agent Carter" es un entretenimiento de calidad que se concentra únicamente en contar una historia lo mejor posible, sin nada fuera de lugar y todo funcionando en pos de mantenernos enganchados a la conspiración central de la temporada. El resultado es redondo y recomendable.
Supongo que muchos ya conocerán a la Agente Carter, que peleara con gran efectividad en la Segunda Guerra Mundial. Aún así, la respuesta que un par de conocidos dieron a mi consulta es, digamos, "interesante": "ah, sí, es la novia del Capitán américa". En fin, la Agente Carter ahora trabaja en una agencia de inteligencia y, además de tener que enfrentar el sexismo de sus compañeros -que la ven sólo como la novia del dichoso Capitán Estados Unidos-, se verá envuelta en una conspiración que involucra a su buen amigo Howard Stark, sindicado como traidor a la patria y ahora prófugo de la justicia. Y como ella es la única que cree en el Stark, deberá hacer sus movimientos a escondidas de su oficina, pues ahí dan por sentado que el magnate le vende sus inventos a los enemigos.
Si hay algo que muchos alaban del formato televisivo es su inherente capacidad para "desarrollar (mejor y más) personajes", pues al parecer mayor tiempo significa mayor construcción psicológica. Pero lo que supuestamente debería ser una virtud, la gran mayoría de las veces deviene en error ya erigido como norma, un vicio que ya inevitable: el carácter coral. Muchos guionistas televisivos piensan que mientras más personajes, y por extensión más conflictos, la narración será más compleja o qué sé yo, cuando en realidad la cosa suele ser dispersa y dilatada. A veces el mismo problema se ve en películas que tienen más personajes de los necesarios, pero sabemos que el cine, y acá hablo en términos muy generales sobre esto de contar historias, suele preocuparse de un tema (venganza, romance, viaje) con su respectivo fondo conceptual/moral -depende...-, del cual surge una historia con todos sus ingredientes -protagonistas, antagonistas, secundarios- que en virtud del tiempo, convencionalmente 100 minutos, tendrá sus respectivos tratamientos narrativos, es decir: concéntrate en lo importante, en lo que de verdad insufle valor a la historia en cuestión. Volviendo a las series y sus males, éstas poco a poco comienzan a ser presas de los personajes que aparecen, y si no me creen miren "Game of Thrones", que de un numeroso pero preciso puñado de personajes envueltos en una apasionante intriga política pasa a un incontrolable mar de sujetos cuyos minutos no aportan ninguna mierda salvo carnicerías sin ton ni son. O la ayer comentada "Orange is the new black", que de vez en cuando se dejaba vencer por la necesidad de mostrar el pasado de la reclusa no sé cuánto sólo porque ésta tiene un pequeño roce con la protagonista, como si el protagonismo -o presencia visual- fuera contagioso. Y a veces todo lo anterior es llevado a cabo para cumplir eso de los trece/diez/ocho/veinte episodios por temporada: el relleno. En cualquier caso, los mejores personajes son los que hablan y existen de manera orgánica, no aquellos saturados de información.
Por el contrario, "Agent Carter" es una serie cuya de momento única temporada brilla por su concesión argumental, lo que a la postre resulta en una precisión narrativa que ya querrían los guionistas de "Game of Thrones". Porque la conspiración, el eje central de la temporada -¿es Howard Stark un traidor o, bien por el contrario, es víctima de un cuidado plan incriminador?-, tiene toda la atención y cuidado de los guionistas, quienes no se van por las ramas ni pierden el tiempo con personajes sobrantes o minitramas insípidas. Los personajes involucrados son los justos y necesarios, lo que sabemos de ellos es lo justo y necesario, y la acción que vemos de ellos es la justa y necesaria. ¿Acaso importa cómo se viste, ducha y vive el Agente Sousa; o es más útil ver que él es el único que respeta a Carter y podría ser un potencial aliado? ¿Acaso importa cuantas novias tiene el Agente Thompson, o es más útil saber que el hombre bloquea a Carter con su sexismo, encargándole servir cafés, archivar documentos y, en definitiva, oficiar de secretaria? Y lo mismo con respecto a Carter: sabemos que está enamorada del Capitán 'murika, pero más importante para la historia es su estricto y honorable sentido del deber, ese que trasciende tecnicismos judiciales, ese que tanto se ve maltratado por sus pillos colegas. "Agent Carter" no pierde el tiempo y nos ofrece una conspiración muy bien pensada y desarrollada, donde todo funciona con precisión milimétrica. Además, da gusto ver que a medida que avanza, el desarrollo argumental se desafíe constantemente y rehúse caer en soluciones acomodaticias en lo respectivo a obtener, entregar y ocultar información, y por tanto consecuencias -y claro, la máxima de "nadie bueno debe morir" tampoco es seguida al pie de la letra, aunque sin exagerar-. No es que de la nada nuestra Carter se ilumine y solucione todo el entuerto sólo porque alguien movió el labio de manera sospechosa; no señor, el procedimiento es transparente con el espectador, y todos los datos acumulados van adquiriendo sentido según la maraña de mentiras y verdades se va desenredando. ¿Han visto esas películas y series de misterio en las que llegamos a un punto en que el "culpable" ya fue capturado, pero el detective, tiempo después, recuerda algo, sigue su corazonada y encuentra que el culpable era un sujeto completamente distinto, de preferencia su jefe o algo así, alguien impensado inicialmente? Pues bien, "Agent Carter" no es así; no funciona a base de efectistas trampas y "juegos mentales". Les aseguro que no se sentirán estafados llegado el momento de las resoluciones, aunque puede que un par de más que merecidos sucesos resulten algo melosos. Con todo, "Agent Carter" no toma por imbécil al espectador, por el contrario, se esfuerza por ofrecer un más que digno espectáculo.
Por último, me ha agradado que el toque fantasioso se haya mantenido a raya. No es que alguien vaya a sacar un rayo hipermegadestructor que sea capaz de destruir el sol; de hecho, el fondo de la conspiración es mucho más humano y libre de vanos super-heroísmos de lo que uno podría suponer. Es sorprendentemente ambiguo, y sus personajes, si bien predefinidos según su función narrativa, logran trascender un poco sus límites y ser verosímiles: nadie es de piedra.
En resumen, una excelente temporada la de "Agent Carter": precisa y concisa, sin tiempos muertos ni pasos en falso, siguiendo una lógica más cinematográfica en esto de contar historias, aunque claramente la realización es estrictamente funcional, pero mientras sea efectiva y logre darle intensidad al relato... Totalmente recomendable, y, creo yo -asumiendo el riesgo de hacer una afirmación así cuando recién vamos en la mitad del año-, de lo mejor que se podrá ver en materia televisiva este 2015.