Es inútil que me pregunte por qué películas como esta no llegan a nuestro país, pero no puedo dejar de indignarme cada vez que me topo con casos como el que os traigo. Mary and Max me ha tocado la fibra sensible, me ha hecho reflexionar, sufrir, disfrutar y empatizar de lleno con los personajes. Las críticas y premios avalan su nivel, y sin embargo, esta preciosa pieza audiovisual no ha tenido la oportunidad de presentarse en las salas como es debido. He decidido hacer una crítica sobre ella porque se merece que la veáis. La recompensa no se puede describir con palabras.
Título Original: Mary and Max
Año: 2009
Duración: 88 min.
País: Australia
Distribuidora: Melodrama Pictures
Director: Adam Elliot
Guión: Adam Eliott
Interpretes (voces): Toni Collete, Philip Seymour Hoffman, Barry Humphries, Eric Bana.
Sinopsis: Primer largometraje del ganador del Oscar Adam Elliot, "Mary and Max" narra la larga amistad por correspondencia entre un cuarentón judío y obeso de Nueva York, y una niña australiana de 8 años que vive en los suburbios de Melbourne.
Mary tiene ocho años y vive en Australia. Max ronda los cuarenta y es de Nueva York. A Mary le encanta la leche montada, y Max es adicto al chocolate. A los dos les gusta la serie de dibujos animados "Los Noblets", tanto que Max tiene la colección completa de las figuras, y Mary se ha fabricado los suyos propios. Mary tiene una mancha de nacimiento en la frente. Max es obeso. El padre de Mary trabaja en una fábrica y su única afición es la taxidermia; su madre tiene un problema con el jerez. Max vive solo. La mascota de Mary es un gallo, y la de Max, un loro. Por más que Mary intente caer bien a sus compañeros de clase, estos la marginan. A Max le irrita la manera de actuar de la gente y no tiene amigos. Como Mary es muy curiosa, un día decide mandar una carta preguntando de dónde vienen los niños a una dirección aleatoria, casualmente al domicilio de Max. Dos personas tan distintas y tan distantes, Mary y Max, comienzan a entablar una amistad a base de cartas en las que plasman sus preguntas, miedos, problemas y preocupaciones. Porque Mary y Max tienen más en común de lo que creen, tanto que la relación que mantienen por correspondencia acabará por convertirse en su aliciente de vida.
¿Qué es Mary and Max? ¿Una película para niños de esas que también disfrutan los mayores, o una película de animación para adultos? Mejor lo dejo a vuestra elección. Lo que sí está claro es, que al ser un filme de animación, nos acerca a un lado quizás más infantil, si a eso le añadimos que la protagonista, Mary, tiene ocho años. Sin embargo, cuenta una historia tan difícil, tan madura y tan triste que me temo que hace falta una cierta edad para entenderla del todo. Mary and Max trata sobre el amor, pero no sólo el amor que se profesa una pareja (que de este tipo de amor también hay), sino del amor propio. El dicho aquel de “Para amar a alguien primero debes empezar por amarte a ti mismo” le viene como anillo al dedo a este largometraje. Aprende a convivir con tus defectos, a aceptarlos como parte tuya y a mejorar aquellos aspectos con los que no te sientes a gusto; solo así conseguirás ser feliz.
Mary and Max desarrolla unos personajes profundamente complejos, que sufren unos problemas con los que hay que andar con pies de plomo en este tipo de escenificaciones, y que sin embargo en esta historia se tratan con infinito respeto. Max padece Síndrome de Asperger, pero gracias a que se nos muestra su vida a través de su perspectiva antes de contarnos nada acerca de su desorden mental, la enfermedad nos parece algo cercano y familiar, hasta nos podemos sentir identificados con él y entender las razones que lo llevan a ser como es. Pese a que Mary no es más que una niña, la catarsis se consigue desde su primera aparición en pantalla. Su infancia es lo bastante triste como para desear que su destino cambie lo más rápido posible, ¡y vaya si lo hace! Mary es para Max su primera amiga, pese a los años de diferencia. Todas esas dudas infantiles que ella le hace sobre las relaciones personales y el por qué de las cosas son lo más lógico que Max ha visto desde que vive en la gris y taciturna ciudad de Nueva York. Este equilibrio entre los protagonistas se tambalea de vez en cuando, causando daños catastróficos, pero nadie dijo que mantener una amistad fuese fácil…
Una curiosidad: la película no tiene prácticamente ningún diálogo (si obviamos que las cartas que se escriben son como una larga conversación). La historia está contada por un narrador y por Max y Mary cuando leen sus respectivas cartas; nada más, aparte de pequeñas intervenciones puntuales. Aún así, no se hace pesada en ningún momento, es más, es un acierto que se haya escogido esta manera de relatar los hechos. ¿De qué otro modo podría haberse desarrollado una historia como esta, sino? Por otra parte, la animación en stop motion está muy bien lograda, y los gestos de los personajes me recordaron a otras películas similares como Chicken Run o la serie Wallace y Gromit. El ser figuras animadas y no personas las que representan la historia no hace que la película sea menos dura, cuidado. Quizás sea este mismo aspecto el que nos hace verla de manera más dulce y por eso el resultado final es tan desolador.
Pero no todo son lágrimas. Mary and Max es casi perfecta porque toca temas en los que nos podemos ver reflejados de una manera clara y sencilla, a través de la mirada de una niña y de la percepción de un adulto con problemas de relaciones personales. Es una de las pocas películas que al terminar de ver he tenido ganas de volver a ponerla de nuevo. Tanto por su historia como por la delicadeza con la que se desarrolla la trama, así como por la capacidad que tiene de llegar a emocionar sin espectacularizar el drama, y la increíble banda sonora que la acompaña (Perpetuum Mobile es como un personaje más), Mary and Max es una de esas películas que tenéis que ver, por lo menos, una vez en vuestra vida.
→Lo mejor: Absolutamente todo.
→Lo peor: Mary es un personaje demasiado sufridor.
→Puntuación: 9,5/10
ESCRITO POR HERMY
Hermy es amante de las imágenes en movimiento y el tacto de los libros recién comprados. Vive en un pueblecito en el país del color verde y las lluvias regulares, por lo que desde pequeña siempre ha encontrado en las películas y los libros la manera perfecta con la que matar el tiempo. Es administradora del blog El Imaginario de Ideas y en su tiempo libre estudia Comunicación Audiovisual.