Otra de esas sorpresas que me alegran la semana y el mes de trabajo. La verdad es que tengo una suerte increíble de tener el trabajo que tengo y encima poder compartirlo con gente tan increíble que ama el arte tanto a más que yo. Amigos que movidos por esa pasión por el arte y las cosas antiguas hacen el esfuerzo de acercarse hasta nuestro espacio solo para conocernos y pasar un ratito con nosotras.
Estoy eternamente agradecida a todos los que hacen este esfuerzo por acercarse hasta nosotras y conocer nuestro espacio.
Hace unas semanas la sorpresa fue mayúscula cuando llamaron al timbre y vi la cara de Mary Wilson por primera vez. Mary es una de esas fotógrafas que sigo desde hace años y a la que admiro profundamente. Su trabajo se centra fundamentalmente en fotografiar a su hija. Son fotografías espontáneas y mágicas en las que su hija, juega, baila y ríe. Imágenes cargadas de felicidad que son un verdaderos placer para la vista. Recuerdos de cada momento vivido con ella que quedarán para siempre congelados en una preciosa imagen.
Sus retratos tiene esa magia que te lleva hasta el alma de la persona retratada, nos acercan a sus sentimientos, y su yo más profundo.
No puedo más que invitaros a pasear por su galería porque es una verdadera delicia. En ella vais a poder ver a su preciosa musa y muchos autorretratos en los que queda reflejado no solo su calidad como fotógrafo sino la enorme imaginación que tiene a la hora de montar escenarios fotográficos.
Mil gracias por la visita Mary, espero que en otro viaje que hagas a Madrid vengas de nuevo a vernos y podamos charlar más despacio sobre tus proyectos futuros.
Todas las imágenes que acompañan este post pertenecen a su galería la cual podéis ver completa en el siguiente link: Galeria de Mary Wilson